Beyoncé y Jennifer Lopez, las dos formas de reinar en los Grammy con la misma marca
La casa italiana logró firmar los looks más importantes de la noche por diferentes motivos
“Estoy tratando de no emocionarme mucho y de que esto me entre en la cabeza”, dijo Beyoncé cuando subió al escenario de los Grammy después de haber hecho historia. Era el cuarto premio que conseguía en esta edición –se llevó el de mejor álbum de dance o electrónica por ‘Renaissance’, mejor grabación de música electrónica por 'Break My Soul', mejor actuación R&B tradicional por 'Plastic Off The Sofa’ y el de mejor canción R&B por 'Cuff It’–, pero el número 32 de su carrera, lo que la convertía en la artista más premiada de la Academia de las Artes y Ciencias de la Grabación. “Gracias a Dios por protegerme, a mi tío Johnny, que no está aquí pero está en espíritu. A mis padres, por quererme e impulsarme, a mi hermoso esposo, a mis tres hijos, que están en casa viéndonos, y a la comunidad queer, por su amor y por abrazar este género”, fue el mensaje de agradecimiento que Queen B dio tras ser homenajeada.
Todos los ojos estaban puestos en ella en el Crypto.com Arena de Los Ángeles y, aunque tras la ceremonia posó en su perfil de Instagram con un vestido de Balmain que según Olivier Rousteing representaba a la perfección la “Renaissance couture” y contaba con una curiosa similitud con los gramófonos que acababa de conseguir en parte por el escote y el original tocado circular que lucía en la cabeza, el honor de vestirla para una noche tan especial recayó en Gucci. La firma italiana, que acaba de nombrar a Sabato De Sarno como director creativo tras la sorprendente salida de Alessandro Michele, no dejó pasar la oportunidad de crear para la diva del pop un diseño a medida plateado con falda asimétrica repleta de volantes que terminaba en una cola y del que emanaba una parte superior tipo corpiño en tono bronce. Llevaba como acompañantes un par de guantes de ópera de color negro realizados en piel y unas sandalias de tacón atadas al tobillo, obra de la marca Femme, mientras que su melena quedó suelta peinada con raya en medio, presumiendo de pequeñas ondas.
No pasó por la alfombra roja Beyoncé porque un atasco le impidió llegar a tiempo, pero ni falta que hizo porque el hito que consiguió fue tal que el look con el que el estilista KJ Moody se estrenó en los Grammy no pudo haberle supuesto un mejor debut.
Lo curioso es que la reina de la noche no fue la única que se saltó los flashes de los fotógrafos a su llegada al recinto. También Jennifer Lopez –quien, al contrario que Beyoncé, no ha recibido nunca ningún Grammy a pesar de su larga trayectoria profesional– no fue vista directamente ocupando uno de los asientos una vez comenzada la gala. Y, en su caso, tampoco fue necesario que pisara la red carpet para que su estilismo se convirtiera en uno de los más destacados. Quizá tuvo que ver que, como su colega de profesión, JLo también apostara por Gucci en esta 65ª edición de los galardones más importantes de la música. Eso sí, que hubieran salido del mismo taller no convertía sus creaciones en parecidas en absoluto.
Para Jennifer Lopez se ideó un vestido azul noche –mismo color que lució Taylor Swift con un conjunto de falda y top confeccionado en terciopelo y cristales por Roberto Cavalli– en el que destacaba una falda de volantes corta por la parte delantera y que dejaba a sus espaldas una larga cola. El cuerpo, en cambio, era ajustado a modo de corsé, tenía un pronunciado escote en uve e iba recubierto por hileras de aplicaciones brillantes que colgaban hasta los tobillos para ganar en verticalidad y cubrían sus brazos para ejercer de mangas.
Brillantes también eran sus altísimos zapatos de tacón y plataforma que habían sido diseñados por la propia JLo para la firma de calzado DSW, así como el clutch de Jimmy Choo que los acompañaba y la seductora espiral del collar Serpenti de alta joyería de Bulgari con la que adornó su cuello.
“Estoy tratando de no emocionarme mucho y de que esto me entre en la cabeza”, dijo Beyoncé cuando subió al escenario de los Grammy después de haber hecho historia. Era el cuarto premio que conseguía en esta edición –se llevó el de mejor álbum de dance o electrónica por ‘Renaissance’, mejor grabación de música electrónica por 'Break My Soul', mejor actuación R&B tradicional por 'Plastic Off The Sofa’ y el de mejor canción R&B por 'Cuff It’–, pero el número 32 de su carrera, lo que la convertía en la artista más premiada de la Academia de las Artes y Ciencias de la Grabación. “Gracias a Dios por protegerme, a mi tío Johnny, que no está aquí pero está en espíritu. A mis padres, por quererme e impulsarme, a mi hermoso esposo, a mis tres hijos, que están en casa viéndonos, y a la comunidad queer, por su amor y por abrazar este género”, fue el mensaje de agradecimiento que Queen B dio tras ser homenajeada.