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Marrakech está de moda: Jorge Vázquez lo confirma en su desfile
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Marrakech está de moda: Jorge Vázquez lo confirma en su desfile

Revive las noches del Palais Zahia en la Ciudad Roja, aquellas fiestas de los sesenta, decadentes, extravagantes y cool, donde encontrarse con miembros de los Rolling Stones

Foto: Jorge Vázquez. (Gtres)
Jorge Vázquez. (Gtres)

En los años sesenta, Marrakech se convirtió en un hervidero cultural: era el destino más cool y exótico para artistas que buscaban inspiración en un Europa invadida por revueltas juveniles. Creadores de la talla de Yves Saint Laurent y su mano derecha, Pierre Bergé, y socialités como Talitha Getty, Paul Getty o Bill Willis encontraron en esta ciudad el refugio para ser ellos mismos tras los muros color caldera de adobe que envolvían la medina y sus hogares en el Palmeral.

Este mediodía hemos podido ver nostalgia de aquellos tiempos en una colección llena de seducción y lujo. Oriente ha bañado con los looks del diseñador gallego la pasarela de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid. El diseñador se ha visto atraído por el orientalismo seductor de Marrakech y viste a una mujer envuelta en misticismo y con ciertos aires hippies. Y es que la ciudad está de moda: las aperturas de hoteles se suceden, los aviones se llenan de españoles que viajan al país vecino y seguro que en uno de ellos se ha trasladado el propio creador en búsqueda de inspiración.

Foto: Jorge Vázquez. (Getty)

"El esplendor de la medina de Marrakech, sus buganvillas y jazmines marcan la paleta de color con la que hemos dibujado estas propuestas. Los tonos intensos se mezclan con colores terrosos y los ácidos como naranjas, limas y fucsias con pinceladas de la calima de la Ciudad Roja. Confeccionamos la colección con ricos tejidos y bordados ornamentales de una belleza sublime como si levantara las paredes de un palacio árabe: estampados con forma de mosaicos, adornos como los 'zouacs' propios de la madera tallada, los volúmenes de los 'gebs' que produce el yeso tallado… y todo salpicado de hipnotizantes estampados geométricos y étnicos propios de la cultura islámica", nos cuentan desde el departamento de comunicación de Jorge Vázquez.

placeholder Jorge Vázquez. (Gtres)
Jorge Vázquez. (Gtres)

En el desfile hemos podido ver a una mujer sofisticada que apuesta por siluetas amplias y ligeras para vestir. Rematadas con elegantes turbantes y sombreros fez confeccionados en fieltro de conejo por la prestigiosa sombrerería Conchitta.

Todos y cada uno de los looks estaban impregnados de un aire retro inconfundible. Nos trasladamos un par de décadas para convertir a la túnica en la estrella de la colección, pero alejadas del minimalismo. Vázquez las ha recubierto de drapeados creando unas piezas muy cercanas a la joyería.

Pero, pese a que su elaboración es estudiada, son livianas gracias a los tejidos que las componen: muselinas, crêpe de chine y tul. Estas se entremezclan con otras piezas con más volumen, con más peso, como abrigos de paño, guipur y paillettes. "Reinterpretamos las saharianas, y hemos apostado por abrigos caftán con bordados arabescos, estampados geométricos, étnicos y florales, e inunda con el color de la arena marroquí y de las especias los looks más urbanos. La condesa Boul de Breteuil, quien poseía una de las mansiones con mayor historia de la ciudad: la Villa Taylor, inspira las piezas más sofisticadas y elegantes para las noches de este Marrakech reinventado", añaden desde la casa de costura.

placeholder Jorge Vázquez. (Gtres)
Jorge Vázquez. (Gtres)

Seguro que uno de sus bestsellers serán las sandalias de terciopelo con aplicaciones de cristal y altísimos salones en charol con detalles metálicos.

En los años sesenta, Marrakech se convirtió en un hervidero cultural: era el destino más cool y exótico para artistas que buscaban inspiración en un Europa invadida por revueltas juveniles. Creadores de la talla de Yves Saint Laurent y su mano derecha, Pierre Bergé, y socialités como Talitha Getty, Paul Getty o Bill Willis encontraron en esta ciudad el refugio para ser ellos mismos tras los muros color caldera de adobe que envolvían la medina y sus hogares en el Palmeral.

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