Lujo silencioso, pendientes de marca y vestido de seda: la apuesta de Corinna para derrotar al emérito
La alemana ha sacado sus armas fashion en Londres para acudir a los tribunales donde ha presentado una demanda por acoso
Corinna Larsen ha vuelto a la actualidad, y las calles de Londres, ciudad en la que vive, la han visto pasear camino al Tribunal Superior de Londres, donde se ha celebrado la primera de las cuatro vistas preliminares previstas sobre la demanda que la examante del rey emérito de España Juan Carlos I, Corinna, ha presentado contra él por presunto acoso.
Cada aparición de la examiga de don Juan Carlos se convierte en noticia. Cada vez que ha acudido a una declaración o a los tribunales, sus looks siempre atraen todas las miradas, y no es de extrañar, aunque no lo creas, que cada accesorio y cada prenda manda un mensaje.
La moda siempre habla de uno y la alemana lo tiene claro, sabe y ante la ley se convierte en un arma que puede condicionar la opinión del jurado. Cualquier movimiento puede marcar el fallo y Corinna, que es una estratega de primera, sabe que no se puede dejar ningún detalle en manos del azar.
Como ya te contamos durante el juicio de Gwyneth Paltrow, la autora de ‘La psicología de la moda’, la profesora Carolyn Mair, experta en la materia, asegura que hay muestras de que los jueces y los jurados pueden dejarse influir por la apariencia. “El mejor atuendo para las mujeres es generalmente un traje sastre con camisa o blusa y tacones bajos. Este tipo de estilo tiene asociaciones socioculturales positivas de personas trabajadoras de clase media que siguen reglas”, explicó a ‘Evening Standard’.
La abogada Shawn Holley, que ha representado a nombres como Justin Bieber y Kendall Jenner, habla de situaciones del estilo: “Depende de quiénes son, pero muchas veces las celebridades tienen equipos que se encargan de su imagen y quieren asegurarse de que la celebridad siga teniendo una reputación más allá del caso. A menudo tienen opiniones firmes sobre cómo debe presentarse el cliente ante el tribunal, por lo que ponemos en marcha una discusión grupal sobre cuál debería ser la forma en la que el acusado se presenta”, explicaba. No sabemos si es el caso.
Y parece que ante este nuevo paso legal, la asesora ha querido lanzar un mensaje de inocencia con su look. Ha acudido en un tono arena muy discreto, alejado de toda ostentación. Un vestido de seda de corte camisero, con pinzas en la falda, y cinturón con detalle de strass. Bolsos y sandalias de piel blancas, evitando los logos de cualquier tipo, en la línea de ese lujo silencioso, la tendencia de moda de esta temporada que huye de las estridencias y los logos, imponiéndose el más absoluto minimalismo. Pero ha habido un detalle con el que ha demostrado que, aunque ha apostado por prendas atemporales y ausencia de emblemas, su armario está lleno de lujo e incunables.
El detalle que la ha delatado y que aún no hemos mencionado no son las gafas de sol de carey con forma 'cat eye' que aportaban un toque retro, no. Tampoco las de ver que llevaba en la mano, tampoco. Han sido los pendientes de perlas de Dior que ha llevado en esta mañana londinense. Las perlas son de esos clásicos atemporales que logran sobreponerse a cualquier moda, y las maisons de lujo lo saben, de ahí que hace varias temporadas que este diseño tan característico esté a la venta en la web de la firma por 390 euros. El modelo tribal es moderno e icónico, incluye dos abalorios de resina blancos asimétricos, un detalle emblemático de la línea. "El modelo se ajusta a la oreja con un clip y realza cualquier look dándole un toque de elegancia", describen desde la marca. Es el único nombre propio que hemos podido identificar en el outfit de la parte demandante de este caso.
Cuando la presentadora norteamericana Martha Stewart apareció con su bolso de Hermès, sus seguidores y fans creían que al acudir a los tribunales con un bolso tan caro demostraba cierta despreocupación por el resultado. Hace meses, Gwyneth Paltrow o Amber Heard también se vieron sometidas al escrutinio de sus looks en un momento tan complicado. La diferencia entre ellas y Corinna es que la última no se sienta en el banquillo de los acusados y se ha tomado esta licencia que, además de proporcionarle luminosidad al rostro, no es demasiado cara. Está claro que ha buscado un look con el que transmitir sensibilidad. Veremos en el resultado si causa su efecto.
Corinna Larsen ha vuelto a la actualidad, y las calles de Londres, ciudad en la que vive, la han visto pasear camino al Tribunal Superior de Londres, donde se ha celebrado la primera de las cuatro vistas preliminares previstas sobre la demanda que la examante del rey emérito de España Juan Carlos I, Corinna, ha presentado contra él por presunto acoso.