Jonathan Anderson capitaneará Dior Men: si Karl Lagerfeld viviera vestiría de él
Más de dos décadas después, otro enfant terrible de la moda, Jonathan Anderson, toma el relevo en la dirección creativa de la línea masculina de Dior.
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Una de las anécdotas más deliciosas de la historia reciente de la moda cuenta que Karl Lagerfeld se puso a dieta solo para poder enfundarse los esbeltos smoking que Hedi Slimane diseñaba para Dior Homme. Era principios de los 2000 y Slimane era, sin duda, el niño prodigio de la industria: un visionario que reescribía las reglas del tailoring masculino desde la casa francesa con siluetas afiladas y una sensibilidad rockera inconfundible.
Hoy, más de dos décadas después, otro enfant terrible de la moda, Jonathan Anderson, toma el relevo en la dirección creativa de la línea masculina de Dior. Tras meses de intensos rumores —muchos apuntaban a que sustituiría a Maria Grazia Chiuri al frente de la línea femenina—, el anuncio oficial ha disipado todas las dudas: Anderson se suma a la maison como responsable de las colecciones masculinas, y, por ahora, compartirán liderazgo creativo.
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La noticia la dio Bernard Arnault, presidente y CEO de LVMH, durante la junta anual de accionistas del conglomerado. Anderson, que hasta ahora había ejercido como director creativo de Loewe, debutará con la colección masculina de Dior prevista para junio. Su salida de la firma española, también parte del grupo LVMH, se confirmó el 17 de marzo, dando pie a una de las reconfiguraciones más esperadas —y comentadas— del panorama fashion global.
Con 40 años, Jonathan Anderson representa el nuevo paradigma del diseñador estrella: un creativo que no solo marca el ritmo estético de una firma, sino que construye un universo alrededor de ella. Su trabajo en Loewe ha sido una clase magistral de cómo revitalizar una marca centenaria con una mezcla de artesanía, vanguardia y un toque de teatralidad británica. Bajo su dirección, la casa dejó de ser una marca de lujo discreta para convertirse en una de las más codiciadas por insiders, celebridades y compradores de lujo a escala global.
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Entre sus logros más icónicos se encuentran el zapato con tacón de forma ovoide, un manifiesto surrealista con vocación escultórica; el bolso “Puzzle”, que se convirtió en un nuevo clásico de la marroquinería contemporánea; y unos vaqueros de corte peculiar que, a pesar de sus 800 euros de precio, se agotaron en cuestión de días. Su influencia se ha hecho sentir más allá de las pasarelas, como cuando rediseñó el estilo del mismísimo James Bond, Daniel Craig, vistiéndolo con jerséis oversized y pantalones holgados para una campaña de Loewe que generó titulares en todo el mundo.
Su talento ha sido reconocido por la industria con numerosos galardones, incluidos los British Fashion Awards, donde fue nombrado Diseñador del Año en 2023 y 2024, tanto por su labor en Loewe como en su propia firma, JW Anderson. Pero quizás su mayor aportación ha sido su capacidad para crear comunidad: Anderson ha sabido rodearse de artistas, artesanos y pensadores, elevando el concurso de artesanía de Loewe a un referente cultural y estético.
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Su desembarco en Dior se produce en un momento delicado para el sector. La industria del lujo atraviesa uno de sus periodos más lentos de crecimiento en la última década, presionada por la ralentización del mercado chino y la fatiga del consumidor occidental frente al alza de precios. En este contexto, el fichaje de Anderson no es solo un movimiento estratégico, es una declaración de intenciones: Dior apuesta por el talento consolidado, pero inquieto, por un diseñador capaz de imprimir carácter sin perder el pulso comercial.
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Habrá que esperar hasta junio para ver su primer desfile para Dior Men’s Fashion, pero las expectativas no pueden ser más altas. Si algo ha demostrado Anderson es que sabe leer su tiempo como pocos: sus colecciones, entre lo irónico y lo poético, siempre llegan cargadas de referencias cultas, guiños a la cultura pop y una técnica depurada que honra el savoir faire del lujo europeo. Ahora, ese lenguaje sofisticado se traslada a una de las maisons más influyentes del mundo. Y el mundo de la moda, claro, contiene la respiración.
Una de las anécdotas más deliciosas de la historia reciente de la moda cuenta que Karl Lagerfeld se puso a dieta solo para poder enfundarse los esbeltos smoking que Hedi Slimane diseñaba para Dior Homme. Era principios de los 2000 y Slimane era, sin duda, el niño prodigio de la industria: un visionario que reescribía las reglas del tailoring masculino desde la casa francesa con siluetas afiladas y una sensibilidad rockera inconfundible.