Jonathan Anderson deja Loewe (ahora, sí): el fin de una era en la moda de lujo
La marcha de Anderson se suma a este torbellino de relevos que está redefiniendo el futuro de la moda. Su nombre, cómo no, ya suena insistentemente para Dior, aunque por ahora no hay confirmaciones oficiales sobre su destino.
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A las 7 de la mañana de hoy, con la puntualidad quirúrgica que caracteriza a las grandes firmas de lujo, Loewe ha hecho oficial lo que llevaba semanas siendo un secreto a voces: Jonathan Anderson abandona la dirección creativa de la casa tras 11 años al frente. Una década larga en la que el diseñador irlandés no solo revitalizó la marca, sino que la catapultó al olimpo de las firmas más deseadas y culturalmente relevantes del momento.
En un sector marcado por la incertidumbre y un frenesí de cambios en los despachos creativos —basta recordar las recientes salidas de Sabato De Sarno en Gucci o Lucie y Luke Meyer en Jil Sander—, la marcha de Anderson se suma a este torbellino de relevos que está redefiniendo el futuro de la moda. Su nombre, cómo no, ya suena insistentemente para Dior, aunque por ahora no hay confirmaciones oficiales sobre su destino.
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Un legado de vanguardia y artesanía
Cuando Anderson aterrizó en Loewe en 2013, pocos podían prever hasta qué punto su visión transformaría la casa de origen español. Lejos de limitarse a una reinvención estética, el diseñador reescribió el lenguaje de la firma, abrazando un enfoque profundamente curatorial y elevando la artesanía al centro de su discurso. Bajo su batuta, Loewe no solo se modernizó, sino que redefinió el concepto de lujo en el siglo XXI.
No hay más que echar un vistazo a su historial: el lanzamiento del icónico bolso Puzzle, que este año celebra su décimo aniversario, los vestidos esculturales con aplicaciones 3D, los vaqueros bordados que conquistaron a la Gen Z, los 'tank tops' minimalistas convertidos en objeto de culto… Una sucesión de hitos que convirtieron a Loewe en la firma más codiciada del momento, con un crecimiento que la llevó a superar los 2.000 millones de euros en ingresos anuales.
Pero más allá de los fenómenos virales y los éxitos comerciales, Anderson deja un legado en forma de valores. En 2016, fundó el LOEWE FOUNDATION Craft Prize, un premio que celebraba la excelencia en la artesanía y que se convirtió en un símbolo de la filosofía de la marca. La fusión entre innovación y tradición ha sido su sello, una alquimia que pocos han sabido equilibrar con tanta precisión.
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Despedida con emoción y gratitud
El propio Anderson ha querido despedirse con unas palabras que reflejan el apego emocional que ha desarrollado hacia la marca:
"Al reflexionar sobre los últimos 11 años, he tenido la suerte de estar rodeado de personas con imaginación, habilidades, tenacidad e ingenio, que han encontrado la manera de decir 'sí' a todas mis ideas desmesuradamente ambiciosas. Aunque mi etapa en la Casa llega a su fin, la historia de LOEWE continuará durante muchos años más y yo lo observaré con orgullo."
Por su parte, Pascale Lepoivre, CEO de Loewe, ha subrayado el impacto de Anderson en la firma:
"Estoy increíblemente agradecida a Jonathan por los once años de creatividad, pasión y dedicación inigualables que ha brindado a LOEWE. Con él, la Casa ha alcanzado nuevas cotas de reconocimiento internacional."
Mientras la industria digiere la noticia, la gran incógnita ahora es doble: ¿Quién tomará el relevo en Loewe? Y, sobre todo, ¿será Anderson el próximo gran fichaje de Dior? Una cosa es segura: el baile de sillas en la moda de lujo sigue más vibrante que nunca.
A las 7 de la mañana de hoy, con la puntualidad quirúrgica que caracteriza a las grandes firmas de lujo, Loewe ha hecho oficial lo que llevaba semanas siendo un secreto a voces: Jonathan Anderson abandona la dirección creativa de la casa tras 11 años al frente. Una década larga en la que el diseñador irlandés no solo revitalizó la marca, sino que la catapultó al olimpo de las firmas más deseadas y culturalmente relevantes del momento.