Polène: la marca de bolsos que está cambiando la moda y que seduce a famosas como Lily Collins

Hoy vamos a hablarte de una de las marcas más instagrameadas entre quienes apuestan por el look “parisina contemporánea”. Los bolsos aparecen en flat lays junto a cafés y croissants, en retratos de ciudad con gabardina y moño bajo, o en mil vídeos de “what’s in my bag” donde, sorpresa, siempre cabe más de lo que parece. Una de sus fieles es Lily Collins, la protagonista de 'Emily in Paris' (paradojas de la vida), ha llevado bolsos de Polène en varias ocasiones fuera del set —sí, cuando no interpreta a alguien que irónicamente adora la moda francesa.

Hay marcas que gritan lujo desde la ostentación, y luego está Polène, la firma parisina que ha conseguido el aplauso unánime de editoras de moda, estilistas y amantes de la estética depurada sin necesidad de estridencias. Si no la conoces (todavía), prepárate para enamorarte perdidamente de sus curvas, sus pliegues y su minimalismo chic.

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Fundada en 2016 por tres hermanos franceses —sí, esto es literalmente una historia de familia bien avenida y con muy buen ojo para el diseño—, Polène ha crecido en silencio, sin campañas estruendosas ni embajadoras que vayan pegando gritos por Instagram. Su secreto ha sido otro: bolsos discretos y elegantes que hablan por sí solos.

La estética de Polène se mueve en un terreno fascinante: es clásica, pero no antigua; es sencilla, pero nada básica. Piensa en formas escultóricas, asimetrías suaves, líneas limpias que coquetean con el arte sin caer en lo pretencioso. Cada bolso parece la versión más refinada de lo que un accesorio funcional debería ser. Si alguna vez soñaste con una mezcla entre la arquitectura de Zaha Hadid y un Kelly de Hermès, esto es lo más cerca que vas a estar (sin hipotecarte de por vida).

Pliegues con pedigrí y curvas con intención

Una de las señas de identidad de la marca son los pliegues: nada está ahí por casualidad. Inspirados en diseñadoras que entendieron el volumen como lenguaje —Madame Grès, Fortuny, Vionnet…—, los hermanos de Polène han querido traducir esa fluidez de la alta costura al universo de la marroquinería. El resultado: bolsos que parecen flotar, con una caída natural del cuero que casi recuerda al movimiento de una tela al viento.

Y es que, atención, aquí no se trata solo de diseñar bonito. La materia prima es la gran protagonista. El cuero, que parece mantequilla al tacto, se trabaja en talleres artesanales en España. Así que, aunque la marca tenga pasaporte francés, lo cierto es que hay mucha tradición marroquinera nacional detrás de cada pieza. ¡Viva la alianza París-Castilla-La Mancha!

Si no sabes por dónde empezar, el modelo Numéro Un es el clásico por excelencia: compacto pero espacioso, elegante pero informal, perfecto para llevar tanto a una reunión como a un brunch de domingo. Otro favorito es el Numéro Neuf, una especie de escultura con asa, pura poesía en forma de bolso.

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También tienen maravillas mini, como el Béri, ideal si eres del team “solo llevo móvil, llaves y tarjeta” (spoiler: no entras en el grupo si también metes una botella de agua y media farmacia). Y si eres de las que va al trabajo con media vida encima, el Cyme te salva el día sin perder ni una pizca de estilo.

¿Y lo mejor? Aunque no son bolsos baratos, tampoco se mueven en las cifras estratosféricas del lujo tradicional. Polène representa esa nueva ola de lujo silencioso que valora el diseño, la artesanía y los materiales por encima de la ostentación. No necesitas una “P” dorada colgando para saber que llevas calidad.