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Aquí sí hay playa: Berlín disfruta de su río durante el verano
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Aquí sí hay playa: Berlín disfruta de su río durante el verano

En un julio que está siendo el más caluroso de los últimos cien años –al menos así repiten incesantemente las pantallas informativas del metro– berlineses y

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Aquí sí hay playa: Berlín disfruta de su río durante el verano

En un julio que está siendo el más caluroso de los últimos cien años –al menos así repiten incesantemente las pantallas informativas del metro– berlineses y visitantes buscan opciones donde refrescarse, y el río Spree con sus canales son el refugio al que todos se acercan. Desde hace unos años las playas urbanas se han multiplicado por toda la ciudad y son el lugar perfecto en el que descansar tras un día de turismo. Hacemos un recorrido de este a oeste por algunas de ellas.

Empezamos al este de la ciudad. Badeschiff (Am Flutgraben 1) es posiblemente la piscina flotante más espectacular de Europa. Diseñada por el equipo tinerfeño de arquitectos AMP en un antiguo contenedor para el transporte fluvial de carbón, se encuentra junto a un inmenso pantalán de madera y es uno de los destinos favoritos de los berlineses para disfrutar del buen tiempo y lucir abdominales. La entrada cuesta cuatro euros y una vez en su interior uno se puede dar un baño, tomar el sol, beberse un apfelsaft (zumo turbio de manzana) o zamparse una bratwurst. Es mejor llegar pronto por la mañana, porque las localizaciones más codiciadas tardan poco en ser ocupadas y el metro cuadrado de arena se convierte en un preciado tesoro.

 

Muy cerca de ella se encuentra el Club der Visionäre (Am Flutgraben 1), todo un clásico de la noche berlinesa. En él pinchan algunos de los mejores DJs del mundo, como el chileno Ricardo Villalobos. Los fiesteros más impenitentes continúan bailando aquí los domingos por la noche, pero no sólo es un lugar para los miles de crápulas de la capital alemana. Cuenta con una espléndida pizzería y una zona de pantalanes sobre el canal, aunque este verano esta zona está cerrada muchas noches. La entrada cuesta un euro.

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El Bar 25 (Holzmarkstraße 25) es un clásico en las noches -y los días- berlineses. Muchos lo eligen como lugar en el que pegarse una buena marcha, pero también tiene un cine (sin ir más lejos, este martes se proyecta Donde viven los monstruos, de Spike Jonze), un restaurante más que aceptable y hasta un pequeño hostel. Justo enfrente se encuentra Kiki Blofeld (Köpernicker Straße 48), que por un euro de entrada ofrece más de lo mismo: arena, tumbonas y una acertada mezcla de buena música y comida.

Ubicado en la orilla del Spree opuesta al Bode Museum se encuentra el Strandbar Mitte (Monbijoustraße 3) Es el lugar perfecto para comer algo en su pizzería o tomar un refresco (una Afri Cola, por ejemplo, versión local muy dulce e hipergaseosa de la famosa bebida) entre visita y visita a la Isla de los Museos. De entre todos los centros de este famoso hotspot cultural nos quedamos en esta ocasión con el Neues Museum, inaugurado hace menos de un año tras la sobria y acertada reconstrucción de David Chipperfield. Ver a la berlinesa más guapa -Nefertiti- bien vale una cola.

Siguiendo el sinuoso curso del Spree hacia el oeste está la BundesPresse-Strand (Kapelle-Ufer 1). Cuenta con un amplísimo programa de actividades y en ella es posible desde practicar voley playa hasta echarse unos bailes al caer la tarde. El público es variado: locales, turistas y ejecutivos se dejan ver por allí mientras se refrescan. 

Seguimos hacia el oeste y llegamos a nuestro destino final, la Hauptstadt-Strand (Ludwig-Erhard Ufer). Con césped en vez de arena y varias filas de tumbonas, tiene vistas a la estación de trenes Hauptbahnhof y está a tiro de piedra del Reichstag y el complejo de edificios gubernamentales levantado tras la caída del Muro.

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En un julio que está siendo el más caluroso de los últimos cien años –al menos así repiten incesantemente las pantallas informativas del metro– berlineses y visitantes buscan opciones donde refrescarse, y el río Spree con sus canales son el refugio al que todos se acercan. Desde hace unos años las playas urbanas se han multiplicado por toda la ciudad y son el lugar perfecto en el que descansar tras un día de turismo. Hacemos un recorrido de este a oeste por algunas de ellas.