Muebles de madera siempre perfectos con estos consejos de limpieza de Ikea

La idea de tener en nuestro hogar muebles de madera es una gran elección, no solo por su gran calidad y resistencia, también por su elegancia y las numerosas posibilidades que ofrecen en cuanto a diseño. Sin embargo, si no sabemos cuidarlos de forma adecuada, corremos el riesgo de estropearlos.

Aplicar productos que no son adecuados o que incluso pueden llegar a resultar agresivos con este tipo de superficies puede provocar que tengamos que deshacernos de un mueble que nos encanta y que ha pasado con nosotras menos tiempo del que nos gustaría.

Por eso, debemos tener cuidado a la hora de coger el trapo y ponernos manos a la obra, un mueble bien cuidado puede convertirse en esa pieza estrella alrededor de la cual organizamos todo nuestro salón o dormitorio y que mejora con los años.

Consejos generales

Aunque luego veremos cómo tratar algunas maderas en concreto para que no pierdan su esencia, también conviene conocer algunas pautas para tenerlo todo bajo control independientemente del origen de nuestra pieza.

Desde Ikea nos recomiendan limpiar el polvo de los muebles a diario y, en caso de no ser posible, al menos mantenerlo a raya una vez por semana. Escoge un paño suave y, siempre que limpies, hazlo en el sentido de la veta.

Mejor con un paño seco que con uno húmedo y evitando el amoniaco porque desgasta y quita brillo, algo que también puede hacer el sol, por lo que es mejor que no incida sobre ellos directamente. Si no están tratados, sécalo inmediatamente si derramas líquido sobre ellos.

Otra de las opciones es tratarlos con barniz, que protege la superficie, añade color y brillo. En los muebles de exterior puede resultar muy práctico porque suelen estar expuestos al aire y la luz.

Y para mi mueble, ¿qué?

Si no sabes bien de qué madera está fabricado tu mueble, los consejos generales son estupendos, pero si quieres darles un trato personalizado, tendrás que prestar atención a su origen.

Por ejemplo, los muebles de pino macizo, un material que gana con los años, lo mejor es emplear un paño seco porque la humedad puede dejar marca y estropearlo, sobre todo si es natural. Si queremos añadirle brillo, podemos optar por aceites para madera.

El mismo aceite se puede aplicar sobre el roble, mejora su resistencia al agua y lo protege. En el caso de estos muebles puedes emplear un paño un poco húmedo, pero seca inmediatamente después la zona. Esto mismo puedes hacerlo si tus muebles son de haya.

Sin duda los muebles de bambú son los más curiosos de mantener en perfecto estado. Para los muebles sin trenzado, moja un paño limpio en agua caliente con unas gotas de lejía, quita la humedad después con un trapo seco.

Si es un mueble con trenzado, la cosa cambia. Mezcla en un pulverizador un litro de agua y el zumo de tres limones, rocía y frota bien con un cepillo de dientes. ¿Sabías este truco tan sencillo de Ikea? Ahora ya puedes tener tus muebles siempre perfectos.