'La fuerza del cariño', el primer 'drama con cáncer', cumple 40: las guerras de Shirley MacLaine y la tripa de Jack Nicholson

'Drama con cáncer' es un término que, por escandaloso y políticamente incorrecto que pueda sonar, utilizan muchos productores de Hollywood. Forma parte de una jerga común a la hora de vender una película que incluye dicha enfermedad en su trama. Todos tenemos una larga lista de ese tipo de títulos en la cabeza: de 'Quédate a mi lado' a 'Elegir un amor', pasando por 'La habitación de Marvin' o 'Cosas que importan', la terrible enfermedad, desgraciadamente presente en nuestro día a día, ha sido terreno abonado, sobre todo, para el melodrama cinematográfico.

La primera (y si no lo fue, sí que fue de las que creó escuela) de esas películas fue 'La fuerza del cariño'. Para todo aquel que no haya visto esta comedia dramática (ese sería el género exacto en el que englobarla), de cuyo estreno se cumplen cuatro décadas este jueves, Debra Winger, hija de Shirley McLaine en la cinta (las dos conforman una pareja madre-hija tan adorable y crispada como la que la veterana actriz formó con Meryl Streep en 'Postales desde el filo'), acaba falleciendo víctima de un tumor maligno.

Durante el tiempo previo a ese desenlace fatal, la película de James L. Brooks (una de las cabezas pensantes tras 'Los Simpson') nos ha enseñado que la disfuncionalidad está presente hasta en la mejor de las familias. Y que los vecinos de estas, cuanto más locos, mejor. Porque reducir la película a ese final, además de injusto, sería desproporcionado.

'La Fuerza del Cariño' es también una sátira (a veces divertidísima) de las relaciones humanas en la que los personajes, a los que vemos evolucionar durante años, ponen los cuernos (ahí estaba un joven Jeff Daniels para llevar a cabo tal cometido) y fracasan en sus intentos de llevar una vida 'normal'. Son complejos, hirientes, esperpénticos y confusos. Tridimensionales, al fin y al cabo.

Como ocurre con tantas películas de la meca del cine, y algunas mucho más míticas que esta, el rodaje fue un caos que devino en éxito. Debra Winger, que interpreta a Emma, estaba por aquel entonces enganchada a la cocaína. Como muchas jóvenes de esa época (los primeros 80), pero con una sustancial diferencia: era una adicta que frecuentaba un plató de cine. El comportamiento errático de Winger acabó destrozando los nervios de la protagonista de 'El apartamento'. MacLaine era una compañera de reparto que no siempre estaba dispuesta a soportar ciertas cosas. Si alguien quiere comprobar si las dos actrices se llevaron bien o mal, que acuda a YouTube para ver el discurso de agradecimiento de la mítica intérprete en los Oscar, cuando subió a recoger el galardón de mejor actriz. "La mitad de esto te pertenece", le dijo a su partenaire. Como si las cámaras no estuviesen registrando su cara, Debra Winger replicó con un "cogeré la mitad" a su madre en la ficción. Dicho así, parece una broma televisiva, pero la animosidad entre ellas casi podía tocarse aquella noche.

El enfrentamiento estaba más o menos justificado: Paramount se equivocó haciendo campaña para el premio de mejor actriz principal para ambas, Winger y MacLaine. El voto se dividió y acabó beneficiando a la más veterana de las dos. Y parece que la joven no llevó nada bien este error de cálculo del estudio. De haber sido propuesta como secundaria, Debra Winger podría haber ganado la estatuilla casi con toda seguridad.

Parte del encanto de la cinta también reside en un Jack Nicholson que dio rienda suelta a su lado más gamberro interpretando al vecino exastronauta con el que acaba liada la protagonista. Como consecuencia, también se acabó llevando un Oscar como secundario. Los que trabajaron en la cinta recuerdan cómo él y MacLaine se paseaban desnudos por el set y se ponían a hacer gansadas improvisadas. Paradójicamente, estas salidas de tiesto acabaron beneficiando sus interpretaciones y el sentido global del film, que también tiene la capacidad de hacer reír. De hecho, Brooks eligió a Shirley MacLaine como actriz principal porque ella era la única que veía la película "como una comedia".

En lo que todos coinciden es en una cosa: Nicholson estuvo más en su salsa que nunca. En aquella época tenía 46 años y, en una escena aparece leyendo una novela romántica, en bata de baño y mostrando tripita sin ningún tipo de complejo. La idea de salir de esa guisa fue suya y Brooks la apoyó incodicionalmente. Hace poco, el director recordaba la efusiva reacción del público en las salas al ver así al protagonista de 'El Resplandor': "Hubo gritos en los cines cuando Nicholson mostró su estómago de esa manera. A la gente simplemente le encantó".

En la preproducción también hay mucha tela que cortar y anécdotas que repasar. La que se hizo, antes que nadie, con los derechos de la novela en la que se basa la película, cuyo autor es Larry McMurtry, fue otra gran leyenda de Hollywood: Jennifer Jones. La protagonista de 'Duelo al sol' quiso interpretar a Aurora en cuanto leyó el libro, pero fue el propio escritor el que pensó que la suya no podía ser una historia a mayor gloria de la 'star' de turno. Jones y su marido acabaron vendiendo los derechos a Paramount para que el estudio hiciera lo que quisiera con la obra original. Así fue como MacLaine o Nicholson acabaron ligados a la película, firmando el contrato para encarnar dos de los personajes más recordados de sus respectivas carreras.

De un cachondo nato como Brooks, que entonces debutaba como director, solo cabía esperar un humor retorcido y salvaje. El anecdotario también lo demuestra: en una entrevista, Debra Winger llegó a admitir que, en uno de los momentos más locos del rodaje, le lamió la pierna a MacLaine mientras esta filmaba una escena de amor con Jack Nicholson.

Cuando se estrenó 'La fuerza del cariño' fue un taquillazo; un fenómeno que recordó a muchos a la por entonces reciente 'Gente corriente', que también se hizo de oro mostrando el dolor y los claroscuros de una típica familia norteamericana. Pero la película de Robert Redford tenía un tono mucho más grave y solemne. En realidad, tal y como recuerda la web Allmovie, Brooks ofreció dos películas en una: una comedia alocada entre madre, hija y vecino-ligue, y una segunda mitad centrada en ese drama con cáncer del que hablábamos al principio de este artículo.

Para el futuro creador de 'Los Simpson', 'Terms of Endearment' (ese es el título original) fue un éxito mayúsculo. Con su primera película como director conseguía tres Oscar (uno para la propia película y otro para él mismo) y perpetuaba un estereotipo que quizá se haya alargado demasiado en un Hollywood sin ideas frescas: el de esos dramas que recurren a la enfermedad en su clímax o apoteosis final; que suponen una rentable fábrica de lágrimas para todo tipo de espectadores. Estrategia que tuvo precedentes notables como el de Bette Davis y su 'Amarga victoria' a finales de los 30; algo que patentaron Brooks y compañía con este análisis certero, tragicómico y reflexivo sobre la familia, la amistad con derecho a roce, el amor y esas madres e hijas que se aman y se odian con la misma pasión. Como en la vida misma.