Dónde encontrar el cóctel en vaso corto que mejor marida con la sobremesa
Varios restaurantes españoles se han apuntado a esta nueva tendencia de cóctel perfecta para cerrar una buena comida
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Durante años, la sobremesa en España ha sido una institución y un fenómeno que fascina a cualquier visitante extranjero en nuestro país. Un tiempo suspendido después de comer donde el reloj se detiene, la conversación se alarga y que arranca cuando se sirve el café, aunque nunca se sabe cuándo va a terminar. De hecho, cuanto más larga sea esa sobremesa mayor éxito se considera que ha tenido la comida.
Aunque la tradición y la esencia se mantienen, en pleno 2025 también se proponen cambios e innovaciones a ese momento. Lo que antes era una taza humeante, hoy puede ser un cóctel sofisticado, refrescante y con personalidad. Y en esa transformación, Carajillo 43 se está ganando un lugar propio.
Algo más que café
Es cierto que estamos también en una época en la que beber un cóctel después de comer ya no parece tan extraño. El carajillo, tal y como se conocía, ha quedado atrás y en su lugar, aparece una versión renovada, pensada desde la coctelería contemporánea: equilibrio, frescura, sencillez y una presentación cuidada. Carajillo 43 mezcla café expreso y Licor 43 con hielos, agitado en coctelera y servido en vaso. El resultado es un cóctel inesperado, con matices aromáticos diferentes y que funciona especialmente bien después de una buena comida.
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Con esta propuesta y tras consolidarse como un éxito internacional, Carajillo 43 vuelve a España para liderar una nueva categoría: la del cóctel de sobremesa. Una propuesta que busca acompañar ese tramo final de la experiencia gastronómica con una copa distinta y posicionarse como una tercera vía a medio camino entre el café y las copas y con aspiraciones de convertirse en el rey de la sobremesa.
De Madrid a Sevilla, una ruta para beber despacio
La popularidad de este cóctel de sobremesa ha crecido en paralelo a una red de restaurantes que lo han incorporado como parte natural de su experiencia. No como una moda pasajera, sino como una respuesta a lo que muchos buscan después de comer: algo integrado en la comida que marque el cierre sin interrumpir la conversación.
En ese contexto nace la Ruta Carajillo 43, un recorrido que une algunos de los espacios gastronómicos más interesantes —y diversos— del panorama actual. En Madrid, el cóctel aparece en lugares como Amazónico, Rhudo, Kappo o La Tasquería. En Barcelona, se suman Vivo, Mono o Maro Azul, propuestas modernas que entienden el ritmo y la estética de una nueva generación de comensales.
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Valencia, con locales como Portolito Centro o La Sastrería, y Andalucía, donde el grupo Trocadero (en Málaga y Cádiz) ha incorporado incluso una variante llamada Carajillo 43 Black Violet, refuerzan la idea de que el cóctel no es solo una bebida, sino una forma de cerrar el almuerzo con estilo propio. También están presentes en destinos menos obvios —y por eso más interesantes— como Benicàssim, Cartagena o Elche, donde el sabor se mezcla con el paisaje y la sobremesa adopta su propio ritmo.
No se trata de una ruta de alta cocina tradicional, sino de una constelación de espacios contemporáneos, algunos con estrella, otros simplemente con personalidad, todos ellos unidos por una visión común: que el placer no termine cuando se retiran los platos.
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Durante años, la sobremesa en España ha sido una institución y un fenómeno que fascina a cualquier visitante extranjero en nuestro país. Un tiempo suspendido después de comer donde el reloj se detiene, la conversación se alarga y que arranca cuando se sirve el café, aunque nunca se sabe cuándo va a terminar. De hecho, cuanto más larga sea esa sobremesa mayor éxito se considera que ha tenido la comida.