Kate Winslet cumple 50 años: analizamos los mejores looks de sus películas y dónde verlas

Han pasado más de 30 años desde que la encantadoramente perturbada Juliet Hulme de 'Criaturas celestiales' asaltó la gran pantalla con esa mirada que nos puso la piel de gallina. Entonces no lo sabíamos, pero había nacido una estrella.

La Kate Winslet de 18 años que debutó en la película de Peter Jackson parece hoy una persona muy distinta de la que todos conocemos, esa actriz a la que asociamos con el plano de la enorme pamela en 'Titanic'; que todos recordamos como la Rose que sobrevivió al naufragio más famoso de todos y amó a Jack hasta la eternidad.

En 1994, cuando rodó la cinta de Jackson basada en uno de los crímenes más recordados y escalofriantes de la historia de Nueva Zelanda, Winslet todavía arrastraba un sinfín de inseguridades producto de un bullying escolar que siempre se ha esforzado en apartar de su camino.

Este domingo cumple 50 años, y con la ayuda de la diseñadora de novias Helena Mareque y su ayudante, Marina Pastor, hacemos un repaso por sus mejores películas, os contamos dónde verlas y dejamos que nuestras expertas analicen los looks de Kate en las mismas.

Porque, siendo imagen de L'Oreal, algo que aquella niña de Reading (Gran Bretaña) que sufría abusos en el colegio, o aquella actriz que era criticada por su peso en pleno fenómeno Titanic, no habría imaginado, estos son parte indisociable del éxito de la actriz.

-Criaturas Celestiales (Peter Jackson, 1994)- Disponible en Filmin

Joya oculta (pese a estar nominada al Oscar al mejor guion original) de la filmografía de Peter Jackson ('El señor de los anillos'), 'Criaturas Celestiales' puso en el mapa uno de los crímenes más horrendos de la Nueva Zelanda de los años 50 y supuso el debut de Winslet.

Dos adolescentes que imaginan un mundo perfecto de ópera, caballeros y damiselas en peligro y acaban convirtiendo esa imaginación en un peligro para sus propios padres. Un peligro que se materializa en un clímax acompañado por la música de Puccini y su 'Madame Butterfly'.

Diseño de vestuario: Ngila Dickson

"Un vestido rosa con cuadros, casi infantil. Gasas, algodones suaves, encajes de verano inglés. En su ligereza se escondía la perturbación. Los tejidos, tan inocentes, eran espejismos. El vestuario oscilaba entre la realidad de los años 50 y el delirio de los mundos imaginarios que crean las protagonistas. Winslet debutó con una mezcla de dulzura y fiebre adolescente. Con Peter Jackson y Dickson aprendió que los vestidos pueden mentir. O decir verdades demasiado pronto".

-Sentido y Sensibilidad (Ang Lee, 1995)- Disponible en TiviFy

La película de Ang Lee que podría ser la mejor adaptación que se haya hecho (con permiso del 'Orgullo y prejuicio' de Wright protagonizada por Keira Knightley) de una novela de Jane Austen.

Con guion de la propia protagonista, una Emma Thompson que fue nominada al Oscar por su trabajo, la película dio a Kate Winslet la oportunidad de demostrar su carácter más rebelde y romántico bajo aquella lluvia british que mostraba su desesperación ante el desamor.

Un trabajo, el de dar vida a Marianne Dashwood, que le valió la primera de sus siete nominaciones al Oscar.

Diseño de vestuario: Jenny Beavan (Oscar por esta película)

"Un vestido imperio, casi transparente, como si Marianne Dashwood flotara. Gasas, muselinas, algodones crudos. Un sombrero de paja atado con cinta. Beavan optó por una paleta de verdes pálidos, blancos luz de luna y azules lavados, que reforzaban la inocencia del primer amor. Winslet aún no sabía que iba a ser eterna. Pero ya lo era. Nos recordaba que, a veces, basta una tela clara y una mirada limpia para dejarnos sin aliento".

-Titanic (James Cameron, 1997)- Disponible en Disney+

La película de los 90 y la más cara, más taquillera y más premiada (11 Oscars) de la historia en su momento. Kate Winslet incluso llegó a mandar un ramo de rosas a James Cameron para que se decidiese a elegirla como la Rose que sobrevive al naufragio más célebre de todos los tiempos.

Parte de la cultura pop y fenómeno global sin precedentes, 'Titanic' no solo catapultó a la actriz (y a su compañero y amigo, Leonardo DiCaprio) a la estratosfera, sino que la hará figurar en los libros de historia del cine para los restos.

Diseño de vestuario: Deborah L. Scott

"Era blanco, rayado y ceñido como un corsé invisible. Aquel conjunto eduardiano, con su sombrero de paja milanés desmesurado y su estructura casi militar, anunciaba la
prisión elegante de Rose DeWitt Bukater".

"Los tejidos rígidos —twill, lanas finas, sedas estructuradas— reforzaban la opresión de clase y de género. Los colores —blancos, violetas apagados, verdes botella en las cenas— no solo vestían a Rose: la encerraban en un destino trazado. A través de ellos, Winslet mostró cómo una joven aristócrata podía quebrarse desde dentro sin que se le moviera un solo botón".

¡Olvídate de mí! (Michel Gondry, 2004)- Disponible en Filmin

La que hoy está considerada una de las joyas del cine del siglo XXI fue fruto de dos cabecitas locas (y geniales): la del guionista Charlie Kaufman y la del director Michel Gondry, unidos para hacer magia.

Joel y Clementine son dos enamorados que, con el paso de las semanas, no se soportan. Como le pasa a Pili, a Juan y al vecino del quinto. El método para olvidarse de su historia de amor es un instrumento que elimina de la cabeza de los pacientes cualquier recuerdo concreto.

El director fue ingenioso a la hora de situar a los espectadores en el momento en que se encuentra una historia plagada de flashbacks y flashforwards. La clave fueron los estridentes y llamativos colores de pelo de Clementine, la alocada enamorada a la que da vida Winslet.

Diseño de vestuario: Melissa Toth

"Su pelo teñido de azul, su cazadora naranja, sus medias desparejadas. Clementine no llevaba vestidos: llevaba estados de ánimo".

"Las prendas vintage, los tejidos de lana, algodón o nailon lavado, y una paleta que iba del turquesa al mandarina, nos hablaban de una mujer en reconstrucción constante. En su desorden había belleza. Winslet, sin corsés ni cinturas marcadas, exploraba el caos emocional con capas como corazas, y con una libertad estilística que anticipó la estética boho de los 2000".

Revolutionary Road (Sam Mendes, 2008)-Disponible en Apple y Rakuten Tv (alquiler)

La película que volvió a unir a DiCaprio y Winslet once años después del boom Titanic fue esta adaptación de la prestigiosa Richard Yates que reflejaba el horror del conformismo de la América de los 50 mediante un matrimonio joven y mal avenido.

El plano del vestido manchado de sangre de Kate, dirigida en esta ocasión por el que fue su marido, Sam Mendes, aún nos hace temblar con su terrible belleza estética.

Diseño de vestuario: Albert Wolsky

"Un vestido blanco que parecía esculpido sobre la piel. Satén, crepé, lana fina, complementado con guantes nacarados y bolsos rígidos. April Wheeler sonreía, pero todo en ella —cada botón, cada pliegue— hablaba de contención".

"La gama cromática era perfecta: blancos puros, crudos melancólicos, rosas sin vida. Winslet convirtió aquel guardarropa de los años 50 en un campo de batalla emocional. Nos enseñó que la perfección puede ser el más cruel de los disfraces".

El Lector (Stephen Daldry, 2008)- Disponible en Lionsgate+Amazon Channels

El dilema moral del personaje de Winslet, una simpatizante nazi que mantiene un romance con un adolescente que, por edad, podría ser su hijo, emocionó a los miembros de la Academia e hizo ganar a la actriz el (por el momento) único Oscar de su ya larga carrera.

Una película seca y dura, con cierto aire literario (está basada en la novela de Bernhard Schlink), que muestra todas las posibilidades interpretativas de la británica de la mejor forma posible.

Diseño de vestuario: Ann Roth y Donna Maloney

"Un vestido sencillo, de estampados domésticos. Tejidos de algodón, lana basta, linos sin artificio. Hanna Schmitz pedaleaba en bicicleta, fundida con la rutina de
la posguerra alemana. Pero ese mismo vestido arrastraba el peso del pasado, de la culpa, de lo indecible".

"La paleta —ocres, grises, beige apagado— sugería que la historia no era blanco y negro. Y Winslet, entre telas humildes, bordó una interpretación monumental, mostrando cómo la banalidad puede esconder horrores."