Plácido Domingo no se moverá (pese al escándalo y por el momento) de EEUU

A Plácido Domingo le va a costar pasar página. Este martes, el tenor ha aceptado "toda la responsabilidad" de las acusaciones de acoso sexual que vertieron sobre él varias mujeres el pasado mes de agosto. "Entiendo ahora que alguna de esas mujeres pudieran tener miedo para expresarse honestamente porque les preocupaba que sus carreras se vieran afectadas", ha dicho. También ha aceptado "toda la responsabilidad" de las acciones denunciadas en los últimos meses y ha pedido perdón a las mujeres acusadas. Su autoexpiación llega después de que el sindicato de artistas musicales de Estados Unidos (American Guild of Musical Artists) concluyese en una investigación interna que es culpable de al menos 27 casos de abusos sexuales aprovechándose de su posición de poder a lo largo de su trayectoria operística.

El 'mea culpa' también llega después de que dimitiese como director de la Ópera de Los Ángeles el pasado octubre y de que sus actuaciones se hayan desplazado, de forma notable, al ámbito europeo en vez de al americano. Basta echar un vistazo por la página oficial del artista para comprobarlo. En ese calendario de los próximos meses figuran conciertos en Suiza, Alemania o la propia España (una representación de 'Luisa Fernanda' en el Teatro de la Zarzuela con entradas agotadas y otra de 'La Traviata' en el Real el próximo mes de mayo). Pese a este divorcio del tenor y el país norteamericano, la vida personal de Plácido Domingo seguirá estando situada en Estados Unidos, según ha podido confirmar este medio a través de fuentes cercanas al artista.

Para certificarlo, hay que tener en cuenta un dato importantísimo, que confirman a este medio las mismas fuentes: Plácido Domingo ha vivido durante más de tres décadas en el mismo piso de Nueva York y es allí donde la mayor parte de su familia tiene sus quehaceres diarios. Su hijo Pepe (o José Plácido Domingo Guerra, que ese es su nombre completo) posee un restaurante en la ciudad de los rascacielos. Otro de ellos, Álvaro, tiene a sus hijos matriculados en un exclusivo colegio de la Gran Manzana. Por tanto, es fácil de entender que la vida del tenor siga estando en el país de las barras y las estrellas pese a que, en cierto modo, ha sido defenestrado por el mismo.

Pese a que la residencia principal de Plácido Domingo se sitúa en Nueva York, son varias las viviendas que posee, fruto de una carrera llena de éxitos. El tenor adquirió hace tiempo una casa en Acapulco en la que suele pasar gran parte de sus vacaciones. En Madrid también es dueño de un piso situado cerca del barrio de Salamanca. Allí es donde él y su mujer, Marta Ornelas, se hospedan cada vez que él tiene algún concierto en España. La pareja no tiene pensado, por el momento, moverse del Nueva York en el que han pasado gran parte de las últimas tres décadas. Además, como prueba de amor irrefutable, permanecen unidos frente a la adversidad.

Ya en los primeros meses del escándalo, allá por agosto, septiembre y octubre, fue fácil verles juntos cuando él aterrizaba en Budapest o ponía rumbo a Moscú para ofrecer un recital. Ornelas, que ha permanecido casada con él durante la friolera de 60 años, no se ha despegado de su marido en ningún momento, manteniendo en él una confianza ciega. Plácido Domingo tenía 21 años cuando se casó con ella. Ella también es madre de dos de sus hijos, Plácido y Álvaro, nacidos en 1965 y 1968, respectivamente. Ella renunció a todo por él, tal y como confesó en 'En la tuya o en la mía', el programa presentado por Bertín Osborne. "Le dije que yo no podía ser madre, su mujer y cantar. Me di cuenta de la envergadura de la carrera de Plácido".

Los meses han pasado y pese a que la reputación de Plácido Domingo se ha ido desmoronando como un edificio en ruinas, su matrimonio parece permanecer inalterable. Es de suponer que Marta Ornelas seguirá al lado del tenor hasta las últimas consecuencias, viviendo junto a él una vida que, hoy por hoy, seguirá estando localizada en Estados Unidos, ese país que para Plácido Domingo sigue siendo un hogar.