La vida de Antonio Tejero, entre Madrid y Marbella, en el 40 aniversario del 23-F
Apartado de la vida pública, ha encontrado refugio en su familia, su mujer, sus hijos y sus nietos. Se dedica a pintar y lleva una vida semianónima
El artífice del golpe de Estado, el ex teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero Molina, lleva una vida tranquila entre Madrid y Málaga. En vísperas del cuarenta aniversario del 23-F, el militar está a punto de cumplir 89 años (en abril), y rehúye los medios de comunicación, refugiándose en la discreción que le ha caracterizado desde aquel suceso, pues se mantiene al margen de la actualidad.
Su arcadia sagrada es su familia, en la que se refugia desde que salió de prisión. El exmiembro de la Benemérita pasa largas temporadas con su hijo sacerdote, Ramón Tejero, que oficia misa como párroco en la iglesia Virgen Madre de Nueva Andalucía, en Marbella. Allí es el regente eclesiástico desde el pasado mes de septiembre, cuando vino a ocupar la plaza que dejaba vacante el clérigo Pedro Villarejo, hermano del excomisario Villarejo.
Los parroquianos de esta Iglesia del la jet marbellí ya se han acostumbrado a ver algunos domingos en la misa de las 13:00 horas a Antonio Tejero con su esposa, Carmen Díez Pereira, escuchando el sermón de su hijo. De la misma manera que lo hacía en las anteriores parroquias que ha ocupado en la provincia de Málaga, como la de la Cala de Mijas y la Cala del Moral.
Tras la misa en Marbella, la familia suele irse a algún restaurante discreto para comer. La imagen de Tejero, siempre agarrado de su incondicional esposa, ya es un clásico. Carmen Díez Pereira es, sin duda, su apoyo incondicional. Sobre el 23-F, asegura que "solo se conoce lo que han querido contar en los libros de historia. No todo ocurrió realmente como se cuenta. Esa no es toda la verdad, faltan cosas por contar, pero qué se le va a hacer, ahora estamos viviendo tranquilos la vida".
Su Málaga y su pintura
Para Antonio Tejero, su Málaga natal es su reducto de paz, como en alguna ocasión ha manifestado. De vez en cuando hace escapadas a su casa de Madrid, pero la pandemia este año le ha frenado y la tierra del Cenachero es su lugar de descanso. Sigue fiel a sus aficiones. Pintar es su catarsis. Siempre le gustó el pincel, pero fue en sus años de prisión donde perfeccionó su hobby.
Sus caballetes y óleos han pasado por los distintos centros penitenciarios en los que ha cumplido su condena de 30 años de reclusión por un delito de rebelión militar consumado, con agravante de reincidencia. En cada rincón de esas prisiones su máximo respiro era aislarse y pintar. La sentencia que le llevó a ser expulsado de la Guardia Civil y a la pérdida del grado de teniente coronel no le doblegó y encontró en el arte una manera de evadirse. Así nos lo cuenta a Vanitatis una persona allegada al militar. Los paisajes y retratos que pinta han llegado a marcar un precio de venta de unos 2.500 euros. Y a cotizarse muy alto entre algunos amantes del arte.
Un militar ecologista y amante filatélico
Otra de las aficiones del militar es cultivar huertos, plantas y árboles. Él mismo dice que se aficionó a meter las manos en la tierra en el cuartel de Badajoz, localidad donde le gustaría morir. Este paraje extremeño es el destino más sentimental del militar. Allí vio crecer a sus hijos y fue donde nació el último vástago, Juan, el benjamín de la familia, que también optó por la carrera militar y es sargento de la Benemérita en Ávila.
Desde su retiro, la familia es su refugio. Tejero tiene seis hijos, tres hombres y tres mujeres. Sus yernos también son militares, un general de división y un coronel del Ejército de Tierra. Antonio ha seguido los pasos de su padre y es guardia civil. Juan es sargento jefe, y el único que se salió del hábito castrense y se calzó la sotana es Ramón, que de todos los hijos es el más mediático y el bastón de sustento de su padre. Ambos comparten aficiones como la filatelia.
En redes sociales, Moncho Rojete, como aparece el clérigo, siempre tiene palabras dulces para su progenitor, como las del último cumpleaños: “Mil felicidades, papá, en tu 88 cumpleaños. Doy infinitas gracias a Dios por concederte salud y alegría junto a mamá. Dios te bendiga siempre. Te queremos”. Antonio Tejero tiene dieciséis nietos, tres de ellos guardia civiles.
Este segundo año de la pandemia, en el que se cumple el 40 aniversario del golpe de Estado del 23-F, Tejero y su familia lo vivirán en la más estricta intimidad.
El artífice del golpe de Estado, el ex teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero Molina, lleva una vida tranquila entre Madrid y Málaga. En vísperas del cuarenta aniversario del 23-F, el militar está a punto de cumplir 89 años (en abril), y rehúye los medios de comunicación, refugiándose en la discreción que le ha caracterizado desde aquel suceso, pues se mantiene al margen de la actualidad.