Díaz-Patón, el nuevo novio de Agatha: inversor, abogado... y 'periodista'

A Agatha Ruiz de la Prada le vuelve a sonreír el amor. Y no es de extrañar, porque ella ya ha dejado claro en muchas ocasiones que está dispuesta a vivir toda aventura que se le ponga por delante. El afortunado no es alguien conocido, a pesar de ser primo de Julián Porras, marido de Olivia de Borbón. Se trata, tal como revela la revista ‘¡Hola!’ en las páginas de su último número, de un abogado que responde al nombre de José Manuel Díaz-Patón Porras.

Aunque a juzgar por las imágenes no los aparenta, tiene 65 años, tres más que ella, y dos hijos fruto de su segundo matrimonio. Es natural de Puertollano (Ciudad Real) y se licenció en Derecho en la Universidad Complutense de Madrid. Actualmente trabaja en Madrid en Legaltrade, bufete del que es socio fundador y que está especializado en todos los ámbitos del derecho mercantil, y principalmente en derecho concursal. Además, por su trayectoria de más de tres décadas en la profesión, está valorado como uno de los mejores abogados en delitos defraudadores.

A lo largo de su carrera como abogado, a José Manuel le ha dado tiempo a invertir también en otros sectores. Es administrador único de Gestoría Legalgestion SL, empresa dedicada a las relaciones públicas, comunicación, consultoría de gestión empresarial y profesional tanto a empresas como a sociedades profesionales; de Attorneytrading SL, dedicada a la colaboración comercial para la consecución de clientela para despachos de abogados y servicios jurídicos. Y en el sector inmobiliario es consejero delegado y secretario de La Guirigaña SL, sociedad creada para la compraventa de inmuebles. Es también administrador único de la constructora Construcciones Laseca SA.

Es un hombre de negocios, de eso no cabe duda, pero sus inquietudes van más allá y sabe aprovechar muy bien el tiempo libre. Cada miércoles escribe una columna de opinión en el diario ‘La Tribuna’; la de la última semana hablaba de la necesidad de España de tener un himno, pero la temática de su espacio es de lo más variado. Además, es un apasionado de la naturaleza, del mar y de los caballos. A pesar de vivir en la capital, son constantes sus viajes, sobre todo nacionales, a la costa, en su mayoría al sur. Sotogrande y Marbella son dos de sus destinos favoritos. También es un gran amante de las motos, tiene una BMW estilo chopper a la que no le falta detalle y de la que presume siempre que puede.

Tal como revelan los amigos cercanos a la diseñadora, Agatha y Manuel se conocen desde finales de año y están tan ilusionados con su incipiente relación que el pasado fin de semana, y aunque de una forma discreta, él fue el acompañante de ella a la boda de Alejandra Ansón, hija de Rafael Ansón. Llegaron por separado tratando de ser discretos, pero una vez allí, ella lo presentó como su pareja y, lo que es más importante, estuvo con sus hijos, Tristán y Cósima, ambos invitados al enlace. Pero ese no fue su único plan, también salieron a cenar, momento en que los paparazzi lograron las imágenes que han confirmado la relación.

No es la primera vez que Agatha se deja ver en pareja desde que se divorciara del que durante treinta años fue su marido, Pedro J. Ramírez. Poco después de conocerse la separación y la nueva relación de él con su ahora mujer, Cruz Sánchez de Lara, ella conoció a Luis Miguel Rodríguez, ex de su amiga Carmen Martínez-Bordiú y dueño de los famosos Desguaces La Torre. Ese idilio duró más de lo que en un principio se podía prever. Ella siempre dijo que era un hombre muy divertido, pero a principios de 2020 se terminó. No había pasado ni un mes y Luis Gasset se cruzó en el camino de la diseñadora, que se dejó llevar y volvió a ilusionarse, la historia parecía mucho más solida en esta ocasión, pero para sorpresa de todos no llegó al año y medio.

Ahora es José Manuel el encargado de acompañarla cuando sonríe, porque si algo ha demostrado Agatha desde su divorcio es que no necesita a nadie que le haga sonreír, aunque le guste compartir su vida con quien en cada momento considera adecuado. Pocos detalles más tenemos acerca de esta pareja, pero lo que es casi seguro es que no tardaremos en volver a verlos juntos, porque ella jamás se esconde. Y, quién sabe, quizá para entonces hayan llegado al punto en que él cambie la sobria y clásica corbata granate por las locas combinaciones de colores que son la seña de identidad de su ahora pareja.