La joya de récord que 'eligió' a Tita Cervera como su dueña: el diamante flawless más grande del mundo

Se llama Estrella de la Paz y ha querido hablar de este impresionante diamante que le vimos lucir en la inauguración del Museo Thyssen en 1992 junto a la reina Sofía y el rey Juan Carlos. Lo ha hecho en la entrevista en exclusiva que ha ofrecido a Miquel Valls desde su residencia en Andorra, donde ha hablado abiertamente de su vida personal.

Contaba al colaborador de ‘Espejo público’ la curiosa historia de esta joya, que parece estar ligada a su vida. La primera vez que la vio y la tocó fue en Ginebra. Allí había viajado Tita dos años después de haberse quedado viuda de Lex Barker. Se reunió con Harry Winston, un antiguo amigo del actor estadounidense fallecido, porque se iba de crucero con unos amigos y quería viajar sin sus joyas.

Este joyero de lujo estadounidense quiso ayudar a Tita a guardar unas joyas en su caja fuerte. Cuenta Tita que pasó a su despacho y le explicó que quería irse tranquila de crucero depositando sus joyas en alguien de confianza y allí, en Ginebra, vio por primera vez el diamante Estrella de la Paz. Harry Winston le mostró la pieza a Tita, quien entonces aún no conocía al barón Thyssen, pues estaba casado con su tercera esposa, Fiona, a la que Tita define como “un poco burra” en la entrevista. Winston le pidió a la coleccionista de arte que cogiera y acariciara este impresionante diamante, que jugara con él. Algo que Tita hizo, mientras le contaba el destino de su viaje en crucero.

Explica en dicha entrevista la catalana que la talla de un diamante es complicada porque necesita un “golpe de gracia”, si está mal tallado se convierte en mil pequeñitos diamantes, y el llamado Estrella de la Paz es el más grande del mundo sin carbono, cuenta con un record Guinness, porque es categoría flawless, es decir, sin inclusiones ni imperfecciones, por lo que son los mejores en cuanto a pureza se refiere.

Curiosamente, Harry le habló del “señor Thyssen, que era un señor encantador”, y fue “al cabo de los años”, cuando ya estaba casada con el barón, cuando le explicó Heini que esa joya era un inversión, pero podía llevarla mientras tanto. Cuenta que hasta tres personas quisieron comprar este espectacular diamante, único en el mundo. Las dos primeras no llegaron a un acuerdo económico, pero estando en Lugano (Suiza), el barón Thyssen le pidió a su esposa que sacara “la piedra”.

Cuenta Tita que la tenía guardada en la caja fuerte de su habitación y una señora llamada Horten, de las más ricas de Europa y con “una colección de joyas espectacular”, se la probó y se fue con ella. Sin embargo, al volver de un fin de semana con su marido de Alemania, se encuentra con su madre y su hijo Borja en el aeropuerto. Su progenitora llevaba en la mano este diamante, con un valor desorbitado, en pleno aeropuerto porque el administrador de los Thyssen no quiso tenerlo en el despacho por lo que pudiera pasar. Entonces el barón le dijo a Tita: “El diamante te ha buscado a ti, es tuyo”. Una pieza que a día de hoy aún conserva y que es única, de la que no ha querido decir su precio.