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Hablamos con el entorno de Carmen Cervera en el 30º aniversario del Museo Thyssen
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Hablamos con el entorno de Carmen Cervera en el 30º aniversario del Museo Thyssen

Destacan la importante labor que la baronesa ejerció y que fue clave para que una de las colecciones más importantes del mundo acabara en España

Foto: Carmen Cervera, en el Museo Thyssen. (EFE/Manuel H. de León)
Carmen Cervera, en el Museo Thyssen. (EFE/Manuel H. de León)

Tal día como hoy, un 8 de octubre pero del año 1992, abría sus puertas por primera vez el que hoy es uno de los 100 museos de arte más visitados del mundo: el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. Lo hizo exponiendo más de ochocientas obras de arte de la colección privada del aristócrata alemán. Por esta adquisición, el Gobierno español pagó 44.100 millones de pesetas (265 millones de euros), una cifra que, según los expertos, se encontraba por debajo del valor real.

Carmen Cervera y el barón Thyssen se conocieron por casualidad en Cerdeña en 1981, en una cena de amigos comunes. Nunca más se separaron hasta la muerte de él, un 26 de abril de 2002. En su largo camino recorrido juntos, la baronesa abrazó el amor por el arte y la pintura, y ella fue una pieza clave para lograr que una de las colecciones privadas de arte más importantes del mundo terminara expuesta en España.

Foto: Borja y Carmen Thyssen. (Getty)

“El papel de Carmen Cervera, la baronesa Thyssen, fue primordial. Ella, con su orgullo de ser española, logró convencer a su marido de que la colección se debía quedar en España habiendo otros países que se la disputaban ofreciendo mucho más dinero, como el caso del Museo Getty en California o Inglaterra”, comenta en Vanitatis Mayte Spínola, gran amiga de Carmen Cervera y fundadora en 1990 del Grupo Pro Arte y Cultura, que promueve a artistas con talento de cualquier edad.

placeholder Carmen Cervera, en una imagen de archivo. (Getty)
Carmen Cervera, en una imagen de archivo. (Getty)

Añade Spínola que ella misma fue “testigo de excepción” de aquellas negociaciones, “ya que en nuestra casa de Madrid fue donde Gonzalo Anes, en aquel momento presidente del patronato del Museo del Prado y consejero del Banco de España, tuvo la gran idea de ofrecer el palacio de Vistahermosa, actual sede del museo, ya que para ellos era esencial una ubicación así, formando junto al Museo del Prado y el Museo Reina Sofía un triángulo de arte inigualable en el mundo pictórico. ¡Y así es hoy! El duque de Badajoz también ayudó mucho al ser amigo de los barones”.

La propia Carmen Cervera ha afirmado con rotundidad que “la colección la traje yo, que nadie lo dude”.

Mayte Spínola nos deja patente su gran admiración y cariño por la baronesa: “Para mí, Tita, como la llamamos familiarmente, es un referente y un gran ejemplo de filántropa en esencia. Además, tenemos una gran amistad y nuestros hijos también. Mis hijas, Grachya y Rocío, son madrinas de sus gemelas, por lo tanto nos unen lazos muy cercanos, al igual que con Borja y Blanca. Los tres pertenecen al consejo asesor del museo de arte contemporáneo que lleva mi nombre en Marmolejo”.

placeholder Mayte Spínola, con Carmen Cervera recibiendo la Medalla de Oro Mayte Spínola en filantropía. (Cortesía)
Mayte Spínola, con Carmen Cervera recibiendo la Medalla de Oro Mayte Spínola en filantropía. (Cortesía)

La importante labor de la baronesa es algo que también quiere destacar en Vanitatis Evelio Acevedo, director gerente de la Fundación Colección Thyssen-Bornemisza: “El papel de Carmen Cervera fue fundamental en sus inicios. Si no hubiera sido por ella, si no hubiera sido la esposa de Hans Heinrich Thyssen en el momento que esa colección buscaba un destino, posiblemente España no habría jugado nunca esa liga. En ese momento, ella fue determinante y afortunadamente también fue determinante para la implicación del Estado español, desde el rey Juan Carlos hasta el duque de Badajoz, el Gobierno español con Felipe González, en ese momento como presidente, y la labor que hicieron tres ministros de Cultura que fueron fundamentales como Semprún, Solana y Solé Tura. Gracias a ellos se pudo materializar esa operación. Fue verdaderamente una operación de Estado en la que intervinieron tanto factores individuales, como la propia Carmen Thyssen, como los estamentos del Estado e incluso el Parlamento español, que aprobó la compra de la operación en una de sus sesiones y que se formalizó con una ley que es la que garantiza la sostenibilidad de este museo, hoy día ya como un museo nacional, que en su principio no era definido así”.

placeholder Carmen Cervera, junto a Evelio Acevedo en una imagen de archivo. (EFE/Solo uso editorial)
Carmen Cervera, junto a Evelio Acevedo en una imagen de archivo. (EFE/Solo uso editorial)

Fue precisamente Borja el encargado de recoger este pasado 27 de septiembre uno de los Premios Influyentes 2022 con los que El Confidencial y Herbert Smith Freehills reconocen cada año a profesionales y organizaciones de diferentes ámbitos que han sido clave en su contribución a la sociedad del bienestar durante el año 2022. El premio en la categoría de cultura fue para el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza.

Los barones Thyssen-Bornesmisza fueron los grandes anfitriones aquel 8 de octubre de 1992 en el que no faltó nadie de las más altas esferas de poder de nuestro país.

Desde entonces, el interés por el Thyssen no ha hecho más que crecer y ganar más reputación si cabe. “Ver que después de tanto tiempo el museo que lleva su nombre es uno de los más admirados y respetados también es un reconocimiento hacia él”, confesaba Carmen Cervera a Paloma Barrientos en Vanitatis haciendo referencia a su marido. “De lo que más orgulloso estaría es de ver la consolidación de su museo en Madrid con el paso de los años”.

placeholder Blanca Cuesta, Borja Thyssen y Carmen Cervera. (Gtres)
Blanca Cuesta, Borja Thyssen y Carmen Cervera. (Gtres)

Para los responsables y trabajadores del museo, este 8 octubre supone una fecha muy destacada en su calendario. Evelio Acevedo, director gerente de la Fundación Colección Thyssen-Bornemisza, nos afirma que “la celebración del 30º aniversario del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza despierta un sentimiento de satisfacción. Primero, porque hace 30 años España compró una buena parte de lo que era una de las colecciones más importantes del mundo. Segundo, porque a partir de ese momento esa colección pasó a formar parte del patrimonio nacional, incorporando artistas y movimientos pictóricos que hasta ese momento no estaban presentes en los museos públicos de España. Es una satisfacción ver que ese modelo de museo se ha consolidado, que ha crecido y se ha reforzado. Ya no es solamente un museo-galería que alberga una colección, que fue como se concibió en un principio, sino que hoy día es una institución que ha ampliado muchísimo su catálogo de oferta cultural, con exposiciones temporales y actividades colaterales".

Tal día como hoy, un 8 de octubre pero del año 1992, abría sus puertas por primera vez el que hoy es uno de los 100 museos de arte más visitados del mundo: el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. Lo hizo exponiendo más de ochocientas obras de arte de la colección privada del aristócrata alemán. Por esta adquisición, el Gobierno español pagó 44.100 millones de pesetas (265 millones de euros), una cifra que, según los expertos, se encontraba por debajo del valor real.

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