De cómo Carmen Martínez-Bordiú logró la anulación de su boda con el duque de Cádiz

Cuando falleció Carmen Franco, Carmen Martínez-Bordiú tomó la decisión de apartarse del mundo de las fiestas patrocinadas donde era una de las figuras preferidas de la prensa. También desaparecieron los reportajes exclusivos de sus viajes exóticos, donde lo mismo podía aparecer fotografiada en una reserva de gorilas como en las ruinas de Corinto o en cualquier otro lugar, casi siempre fuera de España. Estos periplos formaban parte de una de sus aficiones que sigue manteniendo, aunque ahora en la total clandestinidad. Vive tranquila en Portugal y sus escapadas a Madrid para estar con su hijo, sus nietos y amistades ya no están documentadas gráficamente.

Hace unos días el programa 'Lazos de Sangre' volvió a recuperar la imagen de Carmen Martínez-Bordiú y su trayectoria vital. Sus luces y sus sombras y la gran desgracia que supuso la muerte de su hijo mayor. Uno de los capítulos que hace años se convirtió en portada de la revista 'Tiempo' [y en uno de los capítulos de la biografía 'Carmen Martínez-Bordiú, 'A mi manera' (Ediciones B)] fue el divorcio y la anulación matrimonial del duque de Cádiz.

Fue una separación complicada y hubo declaraciones duras por parte de Alfonso de Borbón en ambos trámites. Echaba la culpa a agentes externos con lenguaje ampuloso: “Hubo influencias nefastas y sutiles. Carmen veía con frecuencia a algunas amigas divorciadas. Habría tenido que prestar más atención porque esas mujeres no dejaban de encomiar los encantos de la libertad. En ese clima de espíritu poco firme Carmen no pudo resistir las tentaciones”.

Y continuaba su historia sin dar el nombre de una de las amigas más íntimas, que no era otra que Isabel Preysler. Las dos vivían en el mismo edificio de la calle San Francisco de Sales de Madrid y salían y entraban juntas. Compartieron grandes momentos de libertad en España y en Nueva York, donde viajaron en varias ocasiones. Y para el duque esas escapadas no eran aceptables.

Calificaba al padre de sus hijos como “una persona introvertida, pesimista, triste, amargada y con una mezcla de inseguridades y pretensión"

Alfonso de Borbón continuaba: “la primera ocasión se presentó bajo la forma de un señor que tenía menos problemas que yo y se mostró probablemente más apto para divertirla”. El señor, por supuesto, se llamaba Jean Marie Rossi. En cuanto a las diversiones, el duque no especificaba a qué se refería.

Su exmujer llegó a calificar mucho tiempo después su vida matrimonial como “un puro vegetar”. Y en su declaración en el Tribunal de la Rota calificaba al padre de sus hijos como “una persona introvertida, pesimista, triste, amargada y con una mezcla de inseguridades y pretensión". "Vio en mí a la esposa ideal para su vida y aunque él lo haya negado, siempre he pensado que experimentó una cierta ilusión y ambición dentro del gran fracaso que fue su vida familiar”.

En el texto de la nulidad se apreciaba que no estaban hechos el uno para el otro. El matrimonio había nacido muerto por la imposibilidad de entendimiento entre la pareja dada la diferencia tan abismal de caracteres. La sentencia de anulación, fechada el 16 de diciembre de 1986, no dejaba en buen lugar a Carmen a pesar de que precisamente fueron sus alegaciones las que sirvieron para resolver el asunto. El duque la definía como buena persona, simpática y luego llegaban los palos: “ha tenido que recibir una buena formación religiosa pero no se ha reflejado prácticamente en su vida”.

Y continuaba descalificando a la madre de sus hijos, asegurando: “he visto en ella la carencia de fundamentos fuertes como mujer, esposa y madre. Sé que mi introversión es muy pronunciada, pero debo decir que ha sido una esposa inmadura, irreflexiva, ligera, maniática del orden y en otros muchos detalles”. La definía como muy guapa, muy ligera, de pocas luces y frívola. "Ha vivido completamente en las nubes en un ambiente irreal”. Y por supuesto en las alegaciones para la anulación insistía el exmarido en la incapacidad de Carmen para entender las responsabilidades de lo que suponía el matrimonio.

“He visto en ella la carencia de fundamentos fuertes como mujer, esposa y madre. Ha sido una esposa inmadura, irreflexiva, ligera, maniática del orden y en otros muchos detalles”

Para el primo del rey Juan Carlos, el divorcio no entraba en sus planes, pero tuvo que acatar la ley 30/1981 aprobada en el Congreso de los Diputados el 22 de junio. “Fui un hombre obligado. Transcurrido un tiempo uno de los cónyuges es divorciado de oficio por el tribunal, de acuerdo o no con el otro. Incluso cuando este se haya negado de forma categórica. Me encontré en ese caso”.

La vida amorosa de Carmen-Martínez-Bordiú comenzó con ese divorcio y su matrimonio con Jean Marie Rossi. Después vendrían Roberto Federicci, José Campos, Luis Miguel Rodríguez y Tim McKeague. Con los dos últimos sigue manteniendo una buena amistad.