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La herencia millonaria del visionario Manuel Torreiglesias al calor de 'Saber Vivir'
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La herencia millonaria del visionario Manuel Torreiglesias al calor de 'Saber Vivir'

El gallego fue de los primeros comunicadores que se dedicaron a la divulgación en televisión. Con una carrera fértil en los medios, supo invertir en inmobiliaria. Le deja a su hija decenas de propiedades en Galicia, Madrid y Jávea

Foto: Manuel Torreiglesias, en ' Vivir'. (Intereconomía TV)
Manuel Torreiglesias, en ' Vivir'. (Intereconomía TV)

Ahora que el cuidado de la salud física y mental se ha convertido en un tema troncal en los medios de comunicación, es un buen momento para mostrar respeto por los pioneros Manuel Torreiglesias, Ramón Sánchez-Ocaña o el doctor Bartolomé Beltrán. Profesionales que se dedicaron a la divulgación y a promover la vida sana desde las pantallas mucho antes de que la industria del bienestar impusiera su ley. El primero, que no era médico como mucha gente cree, falleció esta semana aunque su marca personal, el formato 'Saber Vivir', es ya inmortal.

Manuel Torre Iglesias (unió los apellidos por exigencias del guión) nació en los años 40 en Pontedeume, un pueblo de Galicia. "Nací en una calle que no tenía salida, cerca del mar, la calle Chafarís, donde está el convento de los Agustinos. Me fui de Galicia con 19 años, después de haber rematado en el Seminario Conciliar de Santiago de Compostela", contó en 'La Voz de Galicia'. Entonces, como él mismo recordaba, "el seminario era la salida de los chavales de los pueblos para poder estudiar". Él lo hizo, completó Magisterio y Filosofía, pero cuando entró a trabajar como Ayudante de Realización en un programa de la televisión, descubrió su verdadera vocación.

Su primera incursión en los programas de divulgación fue en el año 1976, con 'Escuela de salud', un tanto adelantado a su época. Paralelamente, también presentó y dirigió varios programas divulgativos en Radio Nacional. Pero el verdadero éxito le llegó a partir de 1997, cuando comenzó la emisión de 'Saber Vivir', que dirigió y presentó hasta 2009. Un formato con voluntad de servicio público que se coló en las casas de todo el país convirtiendo a Torreiglesias en uno más de la familia.

Su fulminante despido en el año 2009 fue objeto de polémica. RTVE adujo que la salida se había producido “por incumplir algunas normas básicas de la cadena relativas a la inserción de espacios de publicidad en los programas”. Torreiglesias se defendió como pudo en una rueda de prensa posterior: “El director de TVE me comunicó los motivos reales del despido, que no comparto en absoluto. Pero por lealtad le dije que iba a guardar silencio”.A pesar de su abrupta marcha, el formato le ha sobrevivido. Hoy hay una revista y una web que edita RBA en colaboración con Televisión Española que llevan el nombre de 'Saber Vivirtve' y que intentan recoger esa conciencia saludable que imprimió Torreiglesias a varias generaciones. El propio comunicador y su familia pusieron en marcha también una web con el nombre original del formato y donde se pueden encontrar consejos de salud, recetas y otros tips de bienestar. Tras su etapa en RTVE, quiso replicar el éxito desde Intereconomía aunque no volvió a las mieles de antaño y se retiró definitivamente en el año 2013.

placeholder Manuel Torreiglesias, con la Antena de Oro. (Gtres)
Manuel Torreiglesias, con la Antena de Oro. (Gtres)

Desde entonces no había vuelto a los medios de comunicación, salvo para hacer apología de los trasplantes (él mismo necesitaba urgentemente uno de riñón) en una entrevista con el diario 'El Mundo'. Su última aparición pública se produjo el pasado 10 de septiembre, cuando Pontedeume le reconoció como Hijo Predilecto. Rodeado por su familia, Torreiglesias recogió la placa emocionado, con el cabello encanecido y el peso de los años haciendo menos reconocible ese rostro antes tan sabido por todos.

El comunicador pasó sus últimos años entre Galicia y Madrid. En los tiempos en que presentaba 'Saber Vivir', editaba libros, hacía radio y pasaba jornadas maratonianas, consiguió acumular un buen patrimonio que con el tiempo le sirvió para vivir con holgura cuando el trabajo dejó de ser una prioridad. También le sirvió para ofrecer las mejores oportunidades a su hija Myriam (convertida hoy en una conocida interiorista), fruto de su largo matrimonio con su esposa, Concepción Martínez, con quien residía en un piso de lujo en la zona de Pintor Rosales.

En el momento de su adiós, el presentador era administrador de tres empresas. La más poderosa era Breamo SL, a través de la que gestionaba sus inversiones inmobiliarias. Constituida en 1994, en el último ejercicio (2023) Breamo SL declaró un patrimonio de 6.500.000 euros. A su nombre se encuentra casi una veintena de pisos, locales y garajes situados en la zona de Pontedeume, pero también en Madrid y en Jávea. Además, el comunicador y su esposa habían invertido junto a los hermanos de Torreiglesias y sus familias en varios terrenos en Pontedeume. Esta sociedad es a su vez accionista de dos promotoras inmobiliarias, Promotora de Viviendas Rio Eume SL y Boaxestion Torre&Iglesias SL.

También seguían abiertas aunque sin apenas actividad otras dos sociedades con las que gestionaba su marca más conocida. Según los registros, Saber Vivir SL, dedicada a la edición de libros, cuenta con un activo de 1.371.700 euros, aunque no facturó nada en 2023. Por su parte, Saber Vivir Comunicación SL declaró una facturación en 2023 de 456.000 euros. En ambas estaban también involucrados su hija y su yerno.

Más allá de la herencia material, Manuel Torreiglesias deja en los españoles una huella entrañable. La del protagonista de una época en la que la televisión pública tenía como prioridad ser útil a la sociedad. Una época que ya no volverá.

Ahora que el cuidado de la salud física y mental se ha convertido en un tema troncal en los medios de comunicación, es un buen momento para mostrar respeto por los pioneros Manuel Torreiglesias, Ramón Sánchez-Ocaña o el doctor Bartolomé Beltrán. Profesionales que se dedicaron a la divulgación y a promover la vida sana desde las pantallas mucho antes de que la industria del bienestar impusiera su ley. El primero, que no era médico como mucha gente cree, falleció esta semana aunque su marca personal, el formato 'Saber Vivir', es ya inmortal.

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