LaLanda, una taberna para compartir (a muy buen precio)
Nos gustan los restaurantes que, sin una chispa de ruido, logran ir cautivando a una clientela fiel que aprecia su buen hacer. Si además te ofrecen raciones generosas y precios contenidos, mejor que mejor
El barrio de Hispanoámerica no es precisamente una fiesta en lo que a oferta gastronómica se refiere. A diferencia de otras zonas de Madrid -Retiro, Jorge Juan, Ponzano, barrio de las Letras- en las que no dejan de brotar restaurantes, coctelerías y gastrobares, esta zona del noroeste de Madrid no se ha contagiado de la fiebre 'foodie' y continúa desperezándose de la crisis. Pocas apuestas, pocas propuestas.
Así las cosas, hay una taberna, LaLanda, que se ha convertido en una referencia en el barrio. Abierta en 2003, la idea inicial era hacer una cocina sencilla, cuidada, actual. Raciones generosas, precio contenido y una pizca de atrevimiento en la carta de forma que siguiera siendo la comida de siempre, pero con esa pequeña vuelta de tuerca que da la evolución.
¿Quién está detrás? Su propietario es Juan Jiménez, un empresario vinculado desde hace un par de décadas al mundo de la restauración, que se animó a abrir junto a otros socios un restaurante "donde se pudiera comer como a mí me gusta, en el que el cliente se sintiera cómodo -con un servicio atento, pero no academicista- y donde uno no se dejara un dineral". Hoy, desvinculado de sus socios y tras una ampliación del local, "LaLanda sigue fiel a su esencia: comer bien, compartir y defender una buena relación calidad-precio".
¿Qué se come aquí? Un vistazo a su carta nos puede hacer pensar que estamos ante una réplica de la oferta de los locales de moda (solo que sin ceviche... todavía). Hay tartares, pulpo braseado, presa ibérica, croquetas ilustradas, burratas, mango, leche de coco, 'foie'... Pero es mucho más. Es cierto que hay platos 'modernos' -"es fundamental salir fuera, mirar, ver lo que se lleva, evolucionar"-, pero la base de una buena cocina tradicional está ahíy se agradece.
Tras muchas visitas a esta casa a lo largo de una década, puedo enumerar mis favoritos: las ensaladas (enormes, nada que ver con lo que se acostumbra a servir últimamente ); la que más me da en el gusto es una de espinacas, beicon, nueces y unas cuantas cosas más (9,90 euros), pero las otras también son más que apetitosas. También muy recomendable el tartar de solomillo (14,90 euros) y el de atún (9,80). Por cierto, no lo venden como atún rojo: "No queremos engañar a nadie". Triunfa también su cesta de pollo al curry con gambones y leche de coco (10,30 euros); sus berenjenas fritas con salmorejo o miel de caña (9,60 euros), y, por supuesto, sus huevos rotos en cualquiera de sus versiones (jamón, gulas, gambón, 'foie'...).
Los tradicionales y carnívoros se pueden apuntar al rabo de toro estofado (11,90 euros) o darse un festín carnívoro con su carne roja fileteada (39 euros los 700 g). A mediodía hay un menú de comida casera (de verdad) por 10,90 euros.
Los vinos.Uno de los puntales de LaLanda es su bodega. Hay referencias de las más reconocidas denominaciones y orígenes nacionales, y se agradece su esmero por hacer una selección coherente basada, una vez más, en la relación calidad-precio: aquí, la mayoría de botellas no supera los 20 euros.
En resumen.Uno puede ir a cenar a LaLanda, picotear, compartir, cenar bien y, si no se ha pasado con los caldos, desembolsar 25 euros por cabeza. Un tiquemás que razonable teniendo en cuenta los sablazos que te propinan en lugares a los que más te vale ir merendado.
- LaLanda: C/ Puerto Rico, 35. Madrid. Teléfono: 91 359 57 69
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El barrio de Hispanoámerica no es precisamente una fiesta en lo que a oferta gastronómica se refiere. A diferencia de otras zonas de Madrid -Retiro, Jorge Juan, Ponzano, barrio de las Letras- en las que no dejan de brotar restaurantes, coctelerías y gastrobares, esta zona del noroeste de Madrid no se ha contagiado de la fiebre 'foodie' y continúa desperezándose de la crisis. Pocas apuestas, pocas propuestas.