Flash Flash: tortillas y el misterio en torno a una hamburguesa única

Una historia: no se puede hablar de Flash Flash Madrid sin remontarnos a la Barcelona de 1970 y a la 'gauche divine', a ese momento de modernidad en el que el arquitecto Alfonso Milá y el fotógrafo Leopoldo Pomés se aliaron en busca de algo tan básico como un lugar en el que a uno le dieran bien de comer y que contara con un servicio atento y cercano, pero sin servilismos ni tontunas. Casi 40 años después, Ignacio de Alfonso Cusí consiguió -a fuerza de cabezonería- llevarse a Madrid la primera y única franquicia del mítico local barcelonés. Así, en 2008, llegó Flash Flash a Madrid.

El presente. Flash Flash se ha mudado de Núñez de Balboa a Zurbano. El concepto, claro está, sigue siendo el mismo (si algo funciona, no meneallo): la deco -con esa estética setentera en blanco y negro inconfundible- y las tortillas de toda la vida. Y en el centro más centro de Madrid se ha estrenado Flash Click, que viene a ser el hermano pequeño y un poco canalla: barra en U y banquetas, una selección musical hecha por DJ Mikistrello y una cocina 'non stop'.

¿Qué se come aquí? Aunque en su carta haya ensaladas, hamburguesas y croquetas, tengámoslo claro: esto es una tortillería. A mí la palabra tortilla me evoca, de entrada, bien la tortilla francesa de las meriendas cena de la niñez, bien ese símbolo patrio que es la tortilla de patatas. En Flash Flash van de otro palo, claro: aquí, la que más fama les ha dado es la de queso y trufa negra (8,90 euros); parece sencillo, pero te pones a intentarlo tú en casa y el resultado no es el mismo. En absoluto. También tiene su encanto la tortilla de bacalao Merceditas (6,90 euros), una reinvención del menú de sidrería que no está nada mal. Por cierto, no puedes perderte el pan de coca con tomate (4 euros): podría ser plato único.

Un secreto: la receta de sus hamburguesas (ya dijimos antes que hay algo más que tortillas). Cuenta la leyenda que se inspira en la de un pequeño local de Nueva York; cierto o no, el secreto se guarda bajo siete llaves desde 1970. Y no insistas, que lo único que te contarán es que dejan la carne macerándose durante horas con 12 ingredientes misteriosos y que después la preparan -muy poco hecha, el vuelta y vuelta aquí es auténtico- al estilo 'steak tartar'. La más célebre es la hamburguesa Monty (10.90 euros). Un bocado delicioso para todos aquellos a los que nos apasiona el rollo crudicarnívoro.

Una tentación: lo confieso, una fastuosa crema de queso con frambuesa que recordaré durante meses. En mi mente (y en mi cadera).

Toma nota: Quique Dacosta entra en Relais & Chateaux

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