Trufas de chocolate: delicado placer fundente en tu plato
El chocolate es algo más que un (oscuro) objeto de deseo. En los postres resulta atractivo y estimulante. Prueba con esta receta que tiene tanto de placentera como de atractiva
Cómo no asociar el chocolate con el placer que, a su vez, se funde con la felicidad. Solo con pensar en estos dulces bocaditos que comparten nombre y forma con los apreciados hongos, se nos hace la boca agua. Con muy pocos pasos e ingredientes coloridos y divertidos con que rebozarlas, estas trufas se hacen en dos patadas y te cubrirán de gloria servidas con un café o como regalo personalizado a cualquier amigo.
Elaboración: 10 minutos (más 30 para el refrigerado) Dificultad: fácil Coste: económico Comensales: 4
Ingredientes
Ganache
- 150 g de chocolate negro
- 75 ml de nata
- 1 cucharadita de postre de extracto de vainilla líquido
Cobertura
- 2 cucharadas soperas de viruta de chocolate
- 2 cucharadas soperas de pistacho en polvo
- 2 cucharadas soperas de azúcar rosa
- Violetas de caramelo para decorar
Preparación
- Picamos el chocolate a cuchillo; de esta manera conseguiremos que se funda más rápidamente.
- Llevamos a ebullición la nata, añadimos la vainilla líquida y ya con el fuego apagado, incorporamos el chocolate. Mezclamos suavemente hasta que adquiera una textura cremosa y se integren bien las dos preparaciones.
- Refrigeramos la mezcla hasta que esté bien firme.
- Con la ayuda de una cucharilla formamos pequeñas bolas de chocolate. Las hacemos rodar sobre la superficie de trabajo y las rebozamos con pistacho picado, azúcar rosa y viruta de chocolate.
- Refrigeramos bien antes de servir acompañadas de chocolate picado y unos caramelos de violeta.
El truco final
Puedes congelar las trufas envolviéndolas cuidadosamente para que no adquieran el sabor del congelador y conservarlas varias semanas. Descongélalas despacio en la nevera antes de degustarlas.
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Cómo no asociar el chocolate con el placer que, a su vez, se funde con la felicidad. Solo con pensar en estos dulces bocaditos que comparten nombre y forma con los apreciados hongos, se nos hace la boca agua. Con muy pocos pasos e ingredientes coloridos y divertidos con que rebozarlas, estas trufas se hacen en dos patadas y te cubrirán de gloria servidas con un café o como regalo personalizado a cualquier amigo.