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La nueva vida de Eugenia Martínez de Irujo tras la muerte de su madre
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LA DUQUESA DE ALBA FALLECIÓ EN NOVIEMBRE

La nueva vida de Eugenia Martínez de Irujo tras la muerte de su madre

La duquesa de Montoro ha dejado de viajar a Sevilla. Ahora prefiere Barcelona. También se ha dejado ver en Madrid con la familia Tous, para la que trabaja

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Eugenia Martínez de Irujo va recolocando poco a poco su estado de ánimo. La muerte de su madre ha sido la primera pérdida importante en su vida. Cuando falleció su padre tenía tres años y sus recuerdos son muy pocos, aunque guarda como un tesoro los libros de cuentos que la leía antes de dormir. Sus amigas y Fernando, el hermano con el que mantiene una relación más estrecha, porque viven pared con pared, son su mejor apoyo. El marqués de San Vicente del Barco vive en el palacio de Liria y Eugenia en una vivienda contigua cuyo edificio formaba parte del patrimonio inmobiliario de la familia. Fernando, al igual que Cayetano, sabe que su estancia en el que ha sido hasta ahora su domicilio tiene fecha de caducidad, porque ahora es el duque de Huéscar el que ha tomado los mandos de la Casa. El resto de hermanos también están en contacto con ella, pero el día a día lo vive más con Fernando, que además tiene más tiempo libre.

Durante los meses anteriores a la muerte de la duquesa, Eugenia solía viajar a Sevilla para pasar ratos con su madre. No se instalaba en Dueñas, sino en La Pizana, la finca que le regaló su madre como parte de la herencia. Le encanta el campo. Almorzaba en palacio y luego se iba a su cortijo. Desde el funeral no ha vuelto a pisar el palacio de Dueñas, ni tampoco La Pizana. Prefiere quedarse en su casa madrileña o viajar a Barcelona, donde pasa más inadvertida. “Puede moverse sin tanto control como en Madrid. Los Tous son sus valedores, tanto allí como en la capital, y con ellos se siente muy a gusto. Ha vuelto otra vez a retomar su trabajo en la firma joyera y a frecuentar restaurantes de moda”, declara una fuente cercana a Vanitatis.

Hace unos días se la pudo ver a mediodía con los Tous en el restaurante niMÚ (c/Goya, 31), uno de los locales de moda del barrio de Salamanca (Madrid), al que suelen acudir Felipe González, Aznar, Jaime de Marichalar o Carmen Martínez-Bordiú, quien por unas horas no se encontró con la duquesa de Montoro. Los clientes que sí coincidieron ese día con las dos comentaron las diferencias entre una y otra. Mientras Carmen se mantiene recia y aparente, a la pequeña de la saga Alba la encontraron demasiado delgada pero con buen talante. Al menos y según testigos “se reía y gastaba bromas”.

El embarazo de Lourdes Montes

Por ahora Eugenia no ha retomado su agenda social. Mantiene las reuniones con los voluntarios de Pequeño Deseo, la fundación en la que colabora, sus clases de pintura y pasa tiempo con su hija Tana, que también añora a la abuela. En el plano lúdico ha vuelto a organizar cenas reducidas en su casa y empieza a aceptar invitaciones de los amigos. Sabe que su primera salida pública tendrá repercusión tras haber anunciado Francisco Rivera y Lourdes Montes en ¡Hola! que serán padres en verano. Una noticia que ella ya sabía porque se lo había comentado la niña: “A Eugenia le da lo mismo. Lo único que quiere es que su hija sea feliz”.

La duquesa de Montoro va recuperando su ritmo de vida y superando el sentimiento de pérdida, “que es lo que siempre me ha dado más pavor”, según ella misma reconocía hace tiempo.

Eugenia Martínez de Irujo va recolocando poco a poco su estado de ánimo. La muerte de su madre ha sido la primera pérdida importante en su vida. Cuando falleció su padre tenía tres años y sus recuerdos son muy pocos, aunque guarda como un tesoro los libros de cuentos que la leía antes de dormir. Sus amigas y Fernando, el hermano con el que mantiene una relación más estrecha, porque viven pared con pared, son su mejor apoyo. El marqués de San Vicente del Barco vive en el palacio de Liria y Eugenia en una vivienda contigua cuyo edificio formaba parte del patrimonio inmobiliario de la familia. Fernando, al igual que Cayetano, sabe que su estancia en el que ha sido hasta ahora su domicilio tiene fecha de caducidad, porque ahora es el duque de Huéscar el que ha tomado los mandos de la Casa. El resto de hermanos también están en contacto con ella, pero el día a día lo vive más con Fernando, que además tiene más tiempo libre.

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