Probablemente, Carmen Lomana necesita más a VOX que VOX a ella. Sin un novio de cierta enjundia mediática o algún desencuentro con Naty Abascal que la devuelva a primera línea, Lomana podría marchitarse. Y eso es algo que la información de sociedad no se puede permitir. ¿Qué prefiere el lector, un nuevo tatuaje en el brazo de Chabelita o una 'socialite' aspiracional entrando en política? Cuando el romance otoñal de Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa está asimilado y digerido, necesitamos no de una, sino de muchas Lomanas que salpimenten con estas diletancias la crónica rosa.

Este mismo fin de semana, Carmen hablaba para el diario 'La Razón' dando el titular esperado en alguien que se suma a un partido para el que conservador es un calificativo que se queda corto: “Mi modelo es Margaret Thatcher”. Preguntamos a la inquieta vip al respecto y matiza con algo que no quiere que pase inadvertido: “También dije que admiro a Sandro Pertini, que es un hombre de izquierdas. Pero me gusta Margaret Thatcher porque supo resistir, le hizo un pulso muy fuerte a las 'trade unions' [sindicatos obreros] y lo que no había logrado ningún presidente, ella lo consiguió. Siempre estaban de huelga y no había forma de gobernar en Inglaterra. Fue una mujer fuerte. Una mujer que sale del pueblo, hija de un charcutero, y que por sí misma llega a lo más alto”, explica Carmen a Vanitatis.

La decisión de sumarse a las listas de VOX nació en algo tan inofensivo como una merienda. “Soy muy amiga de Iván Espinosa de los Monteros [hijo del alto comisionado para la Marca España y secretario general de VOX], me invitaron el domingo 15 a merendar, fui un ratito y salió el tema. ‘Sabemos que siempre estás diciendo que el Senado es algo bastante inútil, que genera mucho gasto y que no procede. Nosotros pensamos igual. ¿Por qué no te presentas para decir que quieres cerrarlo?’ Les dije que lo pensaría y el lunes contesté que sí. Es una experiencia más, aunque sé que no voy a salir”.

“Seguimos siendo amigos”

Coincide nuestra vip en su ideología nada menos que con el padre de Juan Carlos Monedero, que también ha fichado por la formación que lidera Santiago Abascal. El famoso profesor de Ciencia Política en la Complutense se encuentra así involuntariamente entre dos fuegos emocionales. Conocida es la amistad que mantiene el cofundador de Podemos con la 'socialite': por inesperado, fue el invitado más extravagante de otra merendola, la que Lomana ofreció en su casa durante la festividad de Reyes. Días antes se citaron para unas cañas en un bar de Malasaña tras haber discutido en Twitter. Desde entonces, uña y carne. O casi.

¿Cómo le ha sentado al politólogo de izquierdas que, tras aquel coqueteo, su amiga se aliste en el otro bando? “Con Monedero no he coqueteado. Juan Carlos es un amigo, pero yo jamás he pedido el voto para Podemos. Jamás. Estoy en las antípodas de su pensamiento político, aunque puedo tener amigos en las antípodas y quererles y llevarnos fenomenal, porque somos personas tolerantes y con respeto. Seguimos siendo amigos. Me llamó el otro día y estuvimos hablando y riéndonos. Me dijo: 'Anda que la tenéis cogida conmigo, entre mi padre y tú me vais a matar a disgustos'. Monedero es tremendamente tolerante y abierto”.

La pretensión de Lomana, clausurar la Cámara Alta, es la misma que la del Pequeño Nicolás (sujeto en cuyo caso un adjetivo es nombre de pila), si bien ella asegura que acaba de enterarse. ¿Cobrará Carmen un primer sueldo anual para acabar cerrando la puerta? “Probablemente no quiera cobrar. Aunque, como te digo, no creo que vaya a salir. Yo ya tengo lo suficiente para vivir, no soy como esos parásitos de la política que se meten solo para ganar dinero”.

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