Marcos Luengo: "Huyo de los vestidos con mucha identidad que resten protagonismo a la novia"

A pesar de iniciar su carrera en la industria de la moda diseñando bolsos y marroquinería, el diseñador Marcos Luengo es, a sus 59 años, uno de los pesos pesados de la marca España. Fue en 2007 cuando decidió expandir ese negocio centrado en los accesorios para probar suerte con un taller en Oviedo, su tierra natal. "A partir de ese momento observamos que realmente había más demanda de prendas de vestir que de complementos y así empezamos nuestra andadura", cuenta el modisto para Vanitatis.

Con una marca y una identidad consolidadas, hoy entre sus clientas vip figuran la reina Letizia, Begoña Gómez o Raquel Sánchez Silva. "El secreto reside en hacer un producto bastante diferenciado, sin estridencias, atemporal y que está concebido como una pequeña obra de arte". Mujeres con estilo y "que valoran una prenda bien hecha, de calidad y atemporal", que escogen los diseños del asturiano para las grandes ocasiones y también novias.

"Al abrir nuestra tienda de Oviedo, enseguida nos dimos cuenta de que la gente estaba más interesada y ponía mayor atención en los acontecimientos concretos que en el día a día. Así fueron llegando los primeros encargos. Cada traje de novia es único, está bocetado y realizado para cada clienta. Siempre busco la sencillez, huyo de vestidos con mucha identidad que resten protagonismo a la persona. La idea es crear un traje adecuado a su personalidad, algo único para ella".

Invitadas y novias, independientemente del rol, todas se diferencian por unos rasgos que son el alma de la firma: "La sencillez de las formas y una cierta influencia oriental que, precisamente, viene dada por esa aparente simplicidad en los cortes. La idea es siempre buscar un valor estético objetivo".

Unas prendas que se construyen basándose en una filosofía de trabajo: "Nuestro propósito es preservar las raíces y darle alas a la moda de autor. Para lo primero utilizamos las técnicas artesanales y tradicionales de costura, buscando la excelencia tanto en los acabados como en la elección de los tejidos, y para lo segundo nos reinventamos cada vez que hacemos una colección a través de la colaboración con artistas diferentes, adaptando nuestro patronaje a su obra y viceversa; nos adentramos en su mundo, lo cual nos enriquece y nos hace avanzar de manera continua".

Para entender esto último, cómo en el taller de Marcos Luengo conjugan arte y moda, nada mejor que asomarnos a lo vivido recientemente en la III Semana de la Moda de Oviedo y descubrir la nueva propuesta encabezada por el modisto. "Esta colección está inspirada en la obra 'Ostinato' del artista Rubén Rodrigo, que juega con la repetición de formas y colores. Con mi trabajo intento hacer una interpretación diferente de su mundo".

El asturiano continúa argumentando: "Empezamos con un intercambio de opiniones con el artista colaborador, los dos tenemos que sentirnos cómodos con el trabajo que voy a desarrollar y compartir el mismo criterio. Cuando se eligen las obras concretas entra en juego nuestro diseñador gráfico y empezamos a intervenirlas para adaptarlas a lo que luego serán nuestros patrones. Finalizada esta labor, eso ya pasa a la empresa que nos imprime esas imágenes en los diferentes tejidos. Una vez que recibimos las telas estampadas, sigue el proceso de patronaje, ya que, en muchas ocasiones, hay que hacer modificaciones sobre lo inicialmente concebido. Al final, este trabajo es una investigación constante. Es algo muy divertido y creativo".

Recuperando su rol como creador de vestidos de novia, Marcos Luengo es toda una institución en el sector nupcial y la mayoría de sus trajes enamoran en las redes sociales. Son sencillos, que no simples, y sus formas esconden un increíble trabajo de diseño, patronaje y confección.

"Perseguimos que la belleza de ese traje perdure a lo largo del tiempo y, sobre todo, que refleje la personalidad de quien lo lleva, que se sienta perfectamente en él. Para nosotros cada novia es muy especial, nos vemos bastantes veces en todo el proceso y terminamos cogiéndonos cariño. En la mayoría de los casos vuelven a visitarnos en cuanto tienen un evento a la vista", concluye el asturiano.