Primicia | El segundo vestido de novia de Tamara, al detalle: color marfil, falda a capas y con corsé

Si el primer vestido de novia de Tamara Falcó era el secreto mejor guardado de su boda con Íñigo Onieva este sábado en El Rincón, el segundo no quedaba atrás en cuanto a expectación se refiere.

Como muchas novias, la marquesa de Griñón quiso tras el baile ponerse algo más cómodo y divertido para disfrutar todo lo posible de la gran fiesta que había organizado junto a su ya marido para entretener a los invitados y celebrar su amor hasta altas horas de la madrugada.

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Patricia Izquierdo

Dicho y hecho. Con la idea clara en la cabeza, Tamara llegó al atelier de Carolina Herrera en Nueva York a poco menos de mes y medio de la boda. Con ayuda de Wes Gordon y su equipo de profesionales, que en su mayoría viajó a Madrid para ayudar en las últimas pruebas y asistir a la boda, todos se pusieron manos a la obra para diseñar no uno, sino dos vestidos. Tenían que ser diferentes y tenían que hacerse en tiempo récord.

Si, tal y como adelantábamos en estas páginas en primicia, el primer vestido fue clásico y atemporal, con un marcado estilo medieval y un bordado que lo hacía único en tonos cobrizos, el segundo poco o nada tenía que ver.

Según aseguran las mismas fuentes, la aristócrata sorprendió a su marido e invitados con un diseño moderno y mucho más juvenil compuesto por dos piezas en tono marfil; no era blanco, como anunció Gordon a su llegada a Madrid.

Tal y como lo describen, estaba compuesto por un cuerpo que en su espalda asemejaba a un corsé y que por delante lucía una pieza que hacía las veces de lazo. Un accesorio y silueta que Tamara ya ha lucido en otras ocasiones con gran éxito y que podría haberse inspirado en el top de la firma que lució durante su debut en el Festival de San Sebastián hace unos años.

La falda, a capas cortadas al bies, sello indiscutible de la marca creada por la íntima amiga de su madre, era perfecta para bailar toda la noche al ritmo de las múltiples actuaciones musicales de la noche que terminaron con un DJ internacional haciendo bailar a gran parte de los invitados hasta las 6 de la mañana.

Combinó el look con unas sandalias de tacón sensato en color cobrizo, con las que estuvo comodísima toda la fiesta y sobre las que bailó con sus hermanas, amigas y, por supuesto, con su marido hasta el amanecer.