Primicia | El vestido de novia de Tamara Falcó, al detalle: estilo medieval, bordado cobrizo y escote de barco

Por fin se ha desvelado el gran secreto de Tamara Falcó: los detalles de su vestido de novia. Quizá uno de los que más expectación ha generado en los últimos años, sobre todo tras su ruptura con Sophie et Voilá a poco menos de mes y medio de la boda.

Por ahora, lo único que sabíamos es que Wes Gordon se había puesto a los mandos del nuevo diseño y que sería blanco y clásico. Ahora, a menos de 24 horas de cumplirse un día de su esperado ‘sí quiero’, conocemos los detalles por boca de algunos de sus invitados.

Tal y como relatan en primicia a Vanitatis, Tamara lució un vestido blanco, con escote de barco con una ligera silueta de corazón que dejaba a la vista sus clavículas, una de las partes de su cuerpo que más le gusta enseñar.

Con un estilo que evocaba la moda medieval y largo hasta el suelo, como marca la tradición en las bodas más clásicas, a pesar de las altas temperaturas también contaba con manga francesa, con la que la novia se siente especialmente cómoda.

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Raquel Pérez

El vestido era, además, liso casi en su totalidad y carecía de encajes, como se había rumoreado en los últimos días. Sí contaba con una peculiaridad que lo hará único y fuente de inspiración para tantas novias: un bordado de unos tres centímetros de ancho en tonos ocres y cobrizos recorría los hombros y el escote y bajaba en línea recta hasta los pies a juego con la puesta de sol que les acompañó durante gran parte de la ceremonia religiosa.

La melena, recogida en un sencillo moño a media altura que coronó, como estaba previsto, con la tiara de su cuñada, Amparo Corsini, quedó al descubierto por Íñigo nada más llegar al altar. Desde que salió de su habitación hasta entonces, cubrió su rostro y cabeza con un sencillo y ligero velo de tul que retiró hacia su espalda durante el resto de la ceremonia.

Un look de novia clásico y atemporal que ha sido creado y confeccionado en tiempo récord. “Hemos trabajado en él durante 5 o 6 semanas”, confesaba el propio Wes Gordon, director creativo de Carolina Herrera a su llegada al aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas, donde decenas de medios le esperaban.

No llegó con el vestido en la mano, tal y como estaba previsto. Cumpliendo con lo publicado en estas páginas, el esperado diseño voló apenas dos días antes junto con una delegación de la firma para que Tamara pudiera probárselo con tiempo suficiente para meter todos los cambios de última hora necesarios para hacerla brillar en su gran día.

La última prueba tuvo lugar apenas unas horas antes de su preboda, ya con Wes en Madrid y tanto el primer vestido como el que se pondría después para la fiesta viajaron desde el Ritz, donde 'durmieron', hasta El Rincón en una furgoneta escoltada por el staff de Carolina Herrera la mañana de la boda antes de que Tamara llegase al palacio por última vez como soltera.