Tamara Falcó, inspiración Letizia: del traje de chaqueta blanco al vestido de novia

Seguimos con resaca posbodorrio. Tres días intensos protagonizados por Tamara Falcó e Íñigo Onieva que seguirán copando titulares durante mucho mucho tiempo. Celebrado en varias jornadas, preboda, día grande y posboda, y en dos localizaciones, el hotel Ritz y el palacio de El Rincón, el enlace de la mediática pareja ya ha pasado a la historia. Unos 400 invitados entre familiares, amigos y compañeros de los novios fueron testigos del 'sí, quiero' más esperado de la temporada.

Asesorada por su estilista de cabecera, Blanca Unzueta, la novia escogió con mimo y cuidado cada uno de los atuendos de los festejos para componer un armario nupcial a la altura. Desde el primero al último. Analizando lo visto tanto a las puertas del hotel de lujo como en las exclusivas instantáneas que publica la revista '¡Hola!', la inspiración para sus looks apunta directa a la reina Letizia. En palabras de la citada experta en moda en una entrevista concedida unas horas antes de la boda, "es un vestido muy 'royal", ya podíamos intuir que el traje de novia de Falcó sería clásico y que nos recordaría a alguna novia de la realeza. Con los estilismos expuestos sobre la mesa, confirmamos que la mujer del rey Felipe es el modelo a seguir.

Noche del viernes 7 de julio y los novios agasajan a sus familiares e invitados con una cena previa al enlace en el hotel Ritz. Tamara e Íñigo, que llegaron por separado, daban así el pistoletazo de salida a tres días de celebraciones. No faltaron los hermanos de ambos ni tampoco su círculo cercano. Para esta ocasión, la diseñadora recurrió a su firma. Parte de la colaboración que materializa cada temporada con Pedro del Hierro, la novia lució un traje de chaqueta blanco de TFP by Tamara Falcó. Conformado por tres prendas, chaqueta cropped, camisa con lazada y pantalón con perneras anchas, completó el look impoluto con un bolso de mano metalizado y unas sandalias de Aquazzura.

De blanco y de corte sartorial, si viajamos atrás en el tiempo, hasta el 6 de noviembre de 2003, y recordamos el estilismo que una joven periodista llamada Letizia Ortiz llevó para pasear de la mano de su prometido, el por entonces Príncipe de Asturias, por los jardines del Palacio Real de El Pardo con motivo de su anuncio oficial de compromiso matrimonial, comprobamos el primer look que conecta a Falcó con la Reina.

El traje de Letizia era de Armani y sobra añadir que causó sensación. No fue una elección de poca importancia. Al fin y al cabo, era el conjunto con el que la futura Reina consorte se daba a conocer al mundo. El dos piezas se convirtió desde aquel momento en un atuendo icónico de su vestidor, precisamente por el momento para el que lo lució. De americana clásica con el cuello subido, cierre frontal con botones, bajo ligeramente evasé y manga larga, su patrón depurado seguía impregnando la parte inferior con el pantalón. En febrero de 2019 y con motivo de un viaje oficial de Estado a Marruecos, la madre de Leonor desempolvó el traje creado por el mítico diseñador italiano para darle una segunda vida.

Seguido a ese atuendo formal en blanco puro, el siguiente estilismo que llevó Tamara Falcó fue su vestido de novia. Tras una sonada ruptura con Sophie et Voilà, la marca nupcial bilbaína que en un primer momento idearía el vestido de sus sueños, finalmente fue Wes Gordon para Carolina Herrera quien firmaría el traje.

Tal y como avanzó Vanitatis en primicia, la hija de Isabel Preysler escogió un traje nupcial de estilo medieval con bordados a contraste y escote en pico. De silueta en línea A y largo hasta el suelo, como marca la tradición en las bodas más clásicas, a pesar de las altas temperaturas, también contaba con manga francesa. Una vez publicado el reportaje fotográfico de su boda con Íñigo Onieva en su revista de cabecera, hemos descubierto más detalles del vestido de novia creado por Wes Gordon. Esos bordados con motivo botánicos están realizados con hilos metalizados y se extienden desde el escote, pasando por el eje central hasta llegar al bajo. En el centro se incluye además una ristra de minibotones forrados.

Al tiempo que el vestido de Carolina Herrera quedaba expuesto para el gran público, las redes sociales apuntaban a una misma dirección: el traje nupcial de Letizia para pronunciar el 'sí, quiero' al príncipe Felipe. Pues sí, Falcó, cual royal, buscó la inspiración en el vestido que Pertegaz ideó para la hoy Reina de España.

Como en la mayoría de enlaces, el diseño elegido por Letizia se convirtió en el secreto mejor guardado aquel 22 de mayo de 2004. Incluso, meses antes, se pretendía que el nombre de su creador también lo fuera, como ha ocurrido en otras bodas reales. Sin embargo, el hecho de que los fotógrafos pillaran a la experiodista saliendo del taller que el desaparecido Manuel Pertegaz tenía en la avenida Diagonal de la Ciudad Condal destapó su autoría.

El traje de novia de Letizia Ortiz, en color blanco roto y silueta princesa, como el de Tamara Falcó, contaba con un escote en pico y cuello chimenea con un detalle singular: bordados en hilo de plata y oro platinado que mezclaba la flor de lis versionada en vegetal y en heráldica -el emblema de los Borbón- y la espiga -que simboliza esperanza y abundancia-, así como madroños -el árbol que se identifica con la ciudad de Madrid-, tréboles -que representan, aparte de suerte, respeto y amor-. Unos bordados que se repetían también en el bajo de la falda, que terminaba con una cola, igualmente decorada, de más de cuatro metros y un perímetro de 16 metros.

Como era de esperar, el diseño no dejó indiferente a nadie y, tan solo unos días después, los expertos opinaron sobre él, calificándolo de verdadera obra maestra por uno de los decanos de la industria de la moda de nuestro país.

Letizia escogió la tiara Prusiana para su boda, la misma que en su día portó su suegra, la reina Sofía. Creada en Berlín en 1913 para la princesa Victoria Luisa de Prusia, la hija del káiser Guillermo II, abuela de la reina Sofía, tras pasar por las manos de Federica de Grecia, con su mayoría de edad, la tiara acabó en el joyero de la madre de Felipe VI. Fabricada con platino y diamantes, consta de dos bandas, una superior con hojas de laurel y una inferior con la greca griega de la larga vida, y ambas están separadas por una hilera de barras cuajadas de brillantes, de cuyo centro cuelga un diamante oscilante en forma de lágrima. De la tiara brotaba un velo de encaje.

Mismos aderezos adornaron la puesta en escena nupcial de Tamara Falcó. La melena, recogida en un sencillo moño a media altura que coronó, como estaba previsto, con la tiara de su cuñada, Amparo Corsini, y que completó con un velo de tul, es otro rasgo que conecta su look con el de la reina Letizia.