Sole Alonso: "Las novias me eligen porque confían mucho en mí"

Con tan solo 17 años, Sole Alonso comenzó su andadura en el mundo de la moda. "Mi madre tenía una tienda en Madrid, Friki, que hacía trajes de fiesta para gente joven, y me sumé a la empresa familiar". Su pasión por la costura y sus altas dosis de creatividad llevaron a la diseñadora a dar el salto. Tenía 20 años. "Hice mi primer vestido de novia y tras él decidí montar mi propio taller, un taller que confeccionaba los modelos para Friki". Así, en los primeros años, Alonso firmaba sus vestidos nupciales con Sole Alonso para Friki.

43 años de carrera (ahora la creadora tiene 60 años) y una experiencia descomunal le han otorgado a Sole Alonso un puesto privilegiado (y más que merecido) entre las mandamases de la moda nupcial. Hablar con ella y descubrir por qué las novias llaman a su puerta era obligado.

"Las novias me eligen porque confían mucho en mí. Yo también las escucho y jamás hago algo que ellas no quieran, nunca", dice rotundamente. "Veo muy claro qué debo diseñar y por dónde debería ir el vestido, pero ellas siempre tienen la última palabra. Quiero hacer lo que a las novias les gusta, nada más".

Situado en frente del parque del Buen Retiro de Madrid, para ser más exactos, en la calle Academia, 6, por su atelier se pasean algunas de las mujeres más estilosas de la capital. "Buscan pasarlo bien el día de su boda y ser felices. Y ese sentimiento arranca con el proceso de creación de su vestido de novia", explica Alonso.

Alejada de la forma de trabajar que aplican otros modistos, las novias nunca ven sobre un papel cómo será su traje. "No hacemos un diseño. Nunca hacemos un boceto a nadie. Las novias me eligen por cómo trabajo". Sole Alonso concibe cada uno de los casi 200 vestidos que crea al año como "un proyecto abierto". ¿El motivo? "Los gustos cambian y mutan a toda velocidad, y es por ello que he ideado un sistema en el que el diseño evoluciona con ellas".

Ayudada por su hermana Amalia, "toda una experta" en palabras de Alonso, "se busca una base que favorezca a la novia. En la primera prueba probamos que le quede como un guante y sobre ese traje que no tiene nada, ni siquiera tiene escote abierto, nada, todo está cerrado, vamos dando forma a la capa superior que es la que se ve el día de la boda". Un proceso que comienza seis meses antes del gran día. "Hacemos como mínimo cinco pruebas".

Meses de trabajo con una novia y un sentimiento final al verlas vestidas con el traje el día de la boda. "Terminan por ser como mis hijas. Solo quiero defenderlas de la típica suegra o de la madre dominante. El vestido tiene que ser como ella quiere", insiste.

La inspiración parte de ellas y se fusiona con "lo que veo todos los días paseando por el Retiro: flores, plantas... Pienso en cada novia, de repente me topo con algo y me viene una idea para su look. Los pequeños detalles son los que marcan la diferencia".

Si hablamos de tejidos, a Sole Alonso le chiflan los rústicos, la bambula de seda y los materiales antiguos. "Las tendencias de moda para novias apuntan por ahí: vestidos rústicos y ligeros de estética campestre con un efecto hippie y arrugado".

Con el repunte de las bodas, la diseñadora califica los últimos años como "una locura". Aunque las estadísticas señalan que ahora se celebran menos enlaces, las novias que llegan a su taller están al margen: "No se ven afectadas por la crisis, ni por el cambio. Son niñas con un buen trabajo y un buen respaldo económico, provienen, en la mayoría de los casos, de un entorno socioeconómico potente y bueno".

A ellas les ofrece un consejo valiosísimo: "Que no se pongan nerviosas y que no quieran controlarlo todo. Porque hay muchas que son muy controladoras. Tienen que confiar en los profesionales y nada más que ser felices. O sea, que se dejen llevar un poco".

Más de cinco décadas creando vestidos de novia y, no, Sole Alonso no puede elegir solo uno como su favorito. "Hasta los más raros, los más locos o el más simple ocupan un lugar en mi corazón y mi memoria, porque cada uno hizo sentir plena y feliz a la novia, que se viera guapa y cómoda, y eso es lo más importante", concluye.