Andrea Mateache, de Matelier: "Me encanta identificar mis vestidos de invitada cuando voy a una boda, ¡es muy divertido!

En 2019 y con el propósito inicial de crear looks a medida, Andrea Mateache, fundó su firma, Matelier. "El nombre surge al combinar mi apellido, Mateache, con la palabra atelier, ya que mi primera idea era confeccionar vestidos exclusivos". Aunque esa máxima de idear prendas limitadas sigue marcando el día a día de la firma, el crecimiento de Matelier en estos cinco años ha sido tal que, a día de hoy, es una de las preferidas por las invitadas de boda. "El propósito de nuestra marca es conseguir cumplir los sueños de nuestras clientas, dando con un diseño único y especial para una fecha importante", detalla Andrea.

Su nombre empezó a sonar en la industria de la moda nacional ligado al de uno de los mayores exponentes de estilo de la generación millennial: Belén Corsini. Dotada de una personalidad arrolladora, siempre elegante, discreta y sofisticada, cuando el noviazgo de Corsini con Carlos Fitz-James saltó a la palestra, sus looks empezaron a despertar nuestra atención. La marca de Andrea Mateache fue una de las primeras que nos descubrió. Hoy, como condesa de Osorno tras su matrimonio con el hijo del duque de Alba en 2021, sigue fiel a la enseña.

"La relación con Belén Corsini es muy buena, nos conocíamos de antes, pero nos hicimos buenas amigas a través de crear sus vestidos de invitada en Matelier", cuenta la diseñadora. Corsini como la embajadora más conocida de un listado de VIP que no deja de crecer: Marta Pombo, María Fernández-Rubíes, Lucía Bárcena, María Pombo y otras más. La realidad es que, son las invitadas anónimas, las que causan sensación cada fin de semana con sus looks de boda en boda. "Vestimos a una mujer muy segura de sí misma, con personalidad, que le gusta ir diferente y sentirse especial".

Las invitadas de hoy en día buscan "exclusividad, comodidad y sentir que llevan un diseño especial. En Matelier todas nuestras colecciones son limitadas y sin reposición de stock. Hacemos siempre pequeñas cantidades y en los diseños a medida, anotamos a qué boda va cada vestido para evitar que coincidan".

Andrea define su firma como "innovadora, atrevida y diferente, nuestros principales valores son la integridad, la ética profesional, la exclusividad, la calidad e innovación y el humor, además priorizamos que nuestras clientas pasen un buen rato y que la experiencia sea completa".

En cinco años y con una seña de identidad que, en su momento, marcó la diferencia, "los estampados, ahora están por todos lados, pero cuando empecé no había casi y por eso se convirtió en el protagonista de la marca", esta joven emprendedora y diseñadora ha colocado a Matelier como una de las más deseadas. "Me encanta identificar nuestros vestidos cuando voy a las bodas, ¡me hace muchísima ilusión!".

Para crear una nueva colección, Andrea busca la inspiración allá por dónde va. "Está por todos lados. Generalmente, elegimos un lugar como punto de partida: en esta última colección ha sido Japón. Empezamos diseñando los estampados y combinando los colores, basándonos en todo lo que rodea su cultura: comida, colores, paisajes, siluetas… Una vez tenemos los tejidos, elegimos qué forma de vestido queremos para cada uno de ellos. Desarrollamos las muestras en nuestro taller 'in-house' y hacemos los ajustes necesarios. Yo suelo ser el maniquí y todas las personas del equipo opinan, ¡es muy divertido!". Andrea habla de Teresa y Marta, asistentes en diseño, redes sociales y marketing; Lola, encargada del showroom y la venta online; y Alicia y Elena, modistas que cortan y confeccionan los encargos personalizados el taller.

Confeccionados a medida en nuestro país (apunta, su atelier está en la calle Fernández de la Hoz, 31, Madrid), los vestidos y looks de la firma son defensores del 'made in Spain'. "Prefiero que las clientas tengan una experiencia buenísima y divertida en Matelier, donde se sientan cómodas y encantadas, a que les gusten nuestros diseños. Mi prioridad absoluta siempre ha sido que nos reconozcan por nuestros valores y el trato al cliente. Aparte de esto, me gusta mucho que la identifiquen y que haya ganado una identidad tan fuerte que se pueda diferenciar del resto".

Al sueño de niña que Andrea tuvo, "crear mi propia marca de moda", se suma uno nuevo y que marcará sus pasos a futuro. "Mi deseo es conseguir expandirnos más internacionalmente. Nos escriben muchísimas clientas de fuera y nuestra próxima estrategia es encontrar puntos de venta internacionales, sobre todo en Latinoamérica, que es donde más demanda tenemos". Y que, ojalá, un día la reina Letizia o Carlota Casiraghi, lleven uno de sus modelos.

Según Andrea Mateache el futuro de la moda en nuestro país, no perderá ese imprescindible de artesanía que manda en sus colecciones. "La evolución de la tecnología y la inteligencia artificial, no lo tiene fácil para reemplazar el trabajo creativo y artesanal. Nuestras clientas valoran cada vez más el movimiento slow fashion y sobre todo el trato personal y cercano, que creo que es algo insustituible y que aporta muchísimo valor a la marca", sentencia.