Así tienes que modificar tu casa para convertirla en un hogar más sostenible
Pequeños cambios que están al alcance de tu mano y que puedes poner en práctica para convertir tu casa en un hogar mucho más ecológico y sostenible
Todo el mundo puede poner su granito de arena en busca de un mundo mejor y, aunque los cambios que están al alcance de nuestra mano son pequeños, cualquier ayuda es poca a la hora de dejarles un futuro mejor a las nuevas generaciones. Vivir en un espacio más ecológico y sostenible es posible y para ello solo es necesario tomar conciencia y hacer algunos pequeños cambios en nuestras rutinas.
Al decorar nuestra casa hay algunos pequeños trucos que pueden ayudarnos, por ejemplo, si escogemos colores claros en la decoración estaremos logrando que las habitaciones y salones se vean más luminosas, y por tanto empleemos menos luz artificial al aprovechar al máximo la que nos llega del exterior. Unas ventanas adecuadas -y limpias- también pueden jugar a nuestro favor y no solo a la hora de controlar la luz que entra.
Al apostar por ventanas de calidad podremos lograr que nuestra casa sea más fresquita en verano impidiendo que entre el calor, pero también más cálida en invierno, manteniendo el frío fuera. Aprovecha al máximo los recursos naturales y abre las ventanas a primera hora de la mañana y a última de la tarde para refrescar el ambiente en los días de verano, creando corrientes si es posible para airear y ventilar tu hogar.
Usar de forma razonable los equipos de aire acondicionado o de calefacción también puede ser una forma de cuidar el planeta, pero también nuestros bolsillos porque a la larga supone un gran ahorro. Por ejemplo, regulando la calefacción a unos 20 °C y el aire a unos 26 °C. También conviene recordar apagar por completo los aparatos eléctricos, en lugar de dejarlos en stand by, y usar bombillas de bajo consumo.
Aunque estos sean los cambios más habituales, no son los únicos que podemos poner en marcha para que nuestro hogar sea un poco más sostenible, hay muchas cosas que hacemos sin darnos cuenta y que podemos modificar para lograrlo. Por ejemplo, a la hora de cocinar, ahorrarás tiempo, dinero y energía usando la olla exprés siempre que sea posible o evitando abrir la puerta del horno cuando lo estás usando.
Actualiza los electrodomésticos por otros de bajo consumo a medida que necesites cambiarlos, no uses la lavadora o el lavavajillas hasta que estén completamente cargados, si puedes, evita el prelavado y opta por el agua fría. Intenta no desaprovechar agua cerrando los grifos cuando nos los estás usando, como al lavarte los dientes o al enjabonarte en la ducha, y aprovecha el agua que ha sobrado al comer para regar las plantas de interior.
Sustituye las servilletas de papel por las de tela, esto hará que disminuya la cantidad de residuos que generas, así como evitar emplear envases de plástico. Utiliza recipientes y botes de cristal, emplea botellas de vidrio para beber agua o cambia los productos del baño que vienen en botes por sus versiones en pastilla. Opta por productos ecológicos, no solo con los alimentos que consumes, también con los productos de limpieza que utilizas.
Partiendo de estos pequeños gestos, que muchas veces también nos ayudan a ahorrar, y siendo cada vez más conscientes de la importancia de buscar una forma más sostenible de aprovechar los recursos naturales, no solo viviremos en un presente mejor, también dejaremos un futuro para quienes vienen detrás.
Todo el mundo puede poner su granito de arena en busca de un mundo mejor y, aunque los cambios que están al alcance de nuestra mano son pequeños, cualquier ayuda es poca a la hora de dejarles un futuro mejor a las nuevas generaciones. Vivir en un espacio más ecológico y sostenible es posible y para ello solo es necesario tomar conciencia y hacer algunos pequeños cambios en nuestras rutinas.