Kittenfishing, el dulce término para ligar que esconde un lado tóxico

Ligar no siempre es fácil y en algunas ocasiones tampoco es seguro. A lo largo de la soltería probablemente te hayas planteado abrir un perfil en una aplicación de citas. Es algo totalmente normal y una gran opción para encontrar una nueva aventura o un nuevo amor. Ten claro lo que buscas y ve a por ello sin miedo. Aunque, si buscas un millonario, no uses Tinder.

Sin embargo, dentro de estas aplicaciones está corriendo una nueva moda en lo que a técnicas de ligar se refiere, el Kittenfishing. Este término se podría traducir como la pesca de gatitos, algo que parece dulce y tierno. Sin embargo, esta tendencia es todo lo contrario y debes evitar toparte con personas que la sigan, ya que pueden hacerte mucho daño.

El kittenfishing es una técnica de ligar que consiste en mostrarse con una apariencia demasiado positiva y alejada de la realidad. De esta manera se logra persuadir a la persona que queremos conquistar, logrando llamar su atención mediante mentiras. Parece algo excepcional; sin embargo, se cree que cerca de la mitad de las personas que utilizan aplicaciones de citas altera en algo su perfil.

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Este método utilizado en redes sociales, puesto que es más fácil de mantener que en la vida real, puede ocurrir también en un bar o incluso en el trabajo. Algunos ejemplos de esta técnica serían una persona que publica en su perfil de citas una imagen antigua o que apareciera con una guitarra, aunque no sepa tocar. También, es muy común que estas personas usen animales con el objetivo de parecer más buenas cariñosas con sus mascotas, pero en la realidad puede que ni tan siquiera sea suya.

Estas personas no fingen ser otra, ya que eso es conocido como en el catfishing. Sin embargo, sí que muestran una imagen alterada de sí mismo, para lograr llegar a la primera cita y allí enamorarte con otras cualidades o hacerte confiar en él o ella de otro modo porque ya te han convencido para tener la primera oportunidad.

Esto se debe en gran medida al miedo al rechazo o a las inseguridades que han generado sus relaciones anteriores. Es un claro signo de falta de responsabilidad afectiva porque no importa engañar a otra persona para conseguir su objetivo. Por ello, hay que tener cuidado y no creerse a la primera todo lo que aparece en redes o te cuentan tan maravilloso nada más conocerte.