La modalidad de ayuno intermitente que mejor ayuda a controlar el hambre y el estrés, según los expertos
Un reciente estudio presentado en la Conferencia Europea de Nutrición demuestra los beneficios de realizar este tipo de ayuno
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Un estudio presentado recientemente en la Conferencia Europea de Nutrición, que tuvo lugar en Belgrado entre el 14 y el 17 de noviembre, afirma que el ayuno intermitente, si se hace correctamente, puede aportar interesantes beneficios para la salud.
El estudio, realizado por investigadores del King’s College de Londres, se ha realizado con una muestra de 37.000 participantes (todos ellos, usuarios de la app de nutrición ZOE), y demuestra que realizar un ayuno intermitente de catorce horas (frente a otras diez en las que tienen lugar las comidas), puede tener un impacto muy positivo en la salud y la calidad de vida.
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Este es el estudio más amplio llevado a cabo más allá de un ámbito estrictamente clínico sobre el ayuno intermitente, y lo más interesante es que se pueden obtener resultados positivos sin demasiado esfuerzo. Tan solo dejando una ventana de diez horas para comer, frente a 14 de ayuno, “el estado de ánimo, los niveles de energía y el control del hambre de los participantes mejoraron”, asegura Sarah Berry, directora de ZOE.
Según Kate Bermingham, doctora en King’s College, “esta investigación demuestra que el impacto de los alimentos en la salud no depende solo de lo que se come, sino del momento que elegimos para ingerirlos”. Según afirma, “Muchas personas se sentirán más saciadas durante más tiempo y podrán incluso perder peso si limitan sus comidas a una ventana de 10 horas”.
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Como explican los expertos, hay diferentes modalidades de ayuno intermitente, de entre las cuales, tres son las que están más extendidas. La primera, que los expertos recomiendan para iniciarse en el tema, sería 12/12: doce horas para ingerir alimentos, y otras doce horas de ayuno. La segunda opción, que es la que respalda el estudio del King’s College, propone la fórmula 14/10: catorce horas de ayuno y 10 de ingesta. La tercera, que los expertos consideran ya un nivel avanzado, es 16/8, es decir, 16 horas de ayuno y ocho de ingesta.
Las horas de ayuno no tienen por qué ser de ayuno absoluto. De hecho, es importante beber agua para que el organismo mantenga sus niveles óptimos de hidratación. Además de agua, también estaría permitido tomar café solo, infusiones y caldos de huesos caseros.
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Entre los beneficios de realizar este tipo de ayuno destaca que mejora la sensibilidad a la insulina, potencia el uso de la grasa como fuente de energía (es decir, promueve un metabolismo más flexible y que no depende de los hidratos de carbono), y, además, favorece la pérdida de grasa, siempre que se combine con una actividad física moderada.
Por otra parte, ayuda a distinguir el hambre real de las ganas de comer, y mejora el funcionamiento del aparato digestivo, al permitirle unas horas de reposo muy convenientes.
Un estudio presentado recientemente en la Conferencia Europea de Nutrición, que tuvo lugar en Belgrado entre el 14 y el 17 de noviembre, afirma que el ayuno intermitente, si se hace correctamente, puede aportar interesantes beneficios para la salud.