Deseo espontáneo vs. deseo reactivo: la diferencia para que el sexo en una pareja funcione tras muchos años juntos

Descubre las diferencias entre los diferentes tipos de deseo, que puede ser espontáneo o reactivo (también llamado receptivo por algunos sexólogos). Incluso una mezcla de ambos. Según el contexto, la edad, la salud, el nivel de estrés o cansancio, además de otros múltiples factores como el tiempo que lleva la pareja, el deseo experimenta múltiples cambios.

Cuando una pareja lleva muchos años, es probable que el deseo sea menos espontáneo que al inicio de una relación, por eso, buscar los momentos de ternura e intimidad puede provocar un deseo reactivo. ¿Pero en qué consiste exactamente? Se trata de crear un deseo en la pareja para que se produzca la excitación y eso nos lleve a un encuentro íntimo con nuestro amante. Y no al revés.

Es decir, el deseo espontáneo es cuando, por el motivo que sea, tenemos interés erótico en nuestra pareja, de tal forma que no podemos evitar querer tocarla o sentirla. Sin demasiada necesidad de estimularnos, se nos enciende esa especie de chispa que nos llevan a querer mantener una relación sexual. Es el tipo de deseo que muchas veces podemos ver en películas con el clásico 'aquí te pillo, aquí te mato'.

Pero la realidad (y el paso de los años) suele ser un poco diferente, y a veces el ritmo de vida que llevamos y el tiempo del que disponemos hace que, incluso, cuando notamos ese deseo, no podamos disfrutarlo como nos gustaría. Una pasión que surge a menudo en padres con hijos, que a veces tienen ganas cuando sus hijos aún están despiertos y las pierden cuando por fin sus hijos se han ido a dormir. Por eso es importante conocer que también se puede ir a buscar el deseo.

Se trata de ese deseo que no nos surge a la primera, pero que si lo llamamos, puede aparecer tras unas caricias y unos besos. No hace falta que enciendas unas velas ni te pongas ropa interior de lo más sexy (aunque tampoco sea mala idea), simplemente puedes despertar el deseo de tu pareja tocando esas teclas que ya conoces bien de él o ella.

Un beso por la oreja, una caricia suave o picarona en función de los gustos de tu compañero, pueden ser suficientes para provocar un encuentro íntimo entre ambos. Recuerda igualmente, que el coito no es el fin y que la sexualidad humana es mucho más rica, jugar con tu amante te abre todo un abanico para disfrutar y hacer disfrutar en función de vuestros deseos, sean cuales sean.