¿Necesita tu hijo bañarse cada día? Esto es lo que dice la Universidad de Harvard
Los progenitores suelen dedicar parte del día a bañar a los más pequeños, pero puede que esta frecuencia no sea la ideal
Muchos padres acostumbran a bañar o duchar a sus hijos todos los días. Sin embargo, Claire McCarthy, editora senior de 'Harvard Health Publishing', asegura que este hábito, en la mayoría de casos, no es absolutamente imprescindible. De hecho, bañarse con demasiada frecuencia puede incluso resultar perjudicial para la salud de su piel. Pero hay excepciones: si están cubiertos de sudor o han estado expuestos a suciedad extrema o sustancias como cloro o repelente de insectos, deberán ser bañados.
Tal y como explican desde la publicación, bañar en exceso puede resecar la piel de los menores, ya que se eliminan los aceites naturales y las bacterias beneficiosas que la protegen. Según un estudio publicado en la revista 'Clinical Pediatrics', el tiempo que un niño pasa en el agua puede afectar al agravamiento de enfermedades como la dermatitis atópica, un trastorno inflamatorio que afecta al 20% de los niños en el mundo.
Asimismo, el estudio concreta que la frecuencia del baño no es tan importante como la duración del mismo: los baños deben ser cortos y con agua tibia para minimizar la irritación de la piel. Según los especialistas de la Universidad de Harvard, para la mayoría de los niños, basta con bañarles dos o tres veces por semana si no están sucios o no han estado en contacto con productos irritantes. En el caso de optar por esta opción, en lugar de un baño completo, un paño húmedo para limpiar el rostro y las zonas más sensibles es suficiente.
El caso de los adolescentes es distinto. Dado que tienden a sudar más, es posible que necesiten ducharse con más frecuencia, pero sin exagerar, ya que también pueden sufrir de sequedad cutánea si se bañan demasiado. En cualquier caso, cuando decidas bañar a tus hijos, es importante seguir algunos consejos. Utiliza siempre agua tibia, evita los jabones fuertes y las esponjas abrasivas, y limita el tiempo en el agua. Además, tras cada baño aplica una crema hidratante que ayude a mantener la piel humectada.
En niños con dermatitis atópica, la hidratación después del baño es especialmente importante para proteger la piel de la irritación y frenar los brotes. Así, como hemos visto, la idea de que el baño diario es indispensable es más un mito que una realidad. Para niños con piel sensible, como aquellos que padecen dermatitis, espaciar los baños puede ser, de hecho, incluso más beneficioso. Lo ideal es encontrar un equilibrio adecuado entre la higiene y la salud de la piel, adaptando las rutinas de baño a las necesidades específicas de cada niño.
De todas formas, si no tienes clara la cantidad de baños que puedes dar a tus hijos, lo ideal es que lo consultes con un profesional de salud para que te dé las mejores indicaciones teniendo en cuenta tus circunstancias concretas.
Muchos padres acostumbran a bañar o duchar a sus hijos todos los días. Sin embargo, Claire McCarthy, editora senior de 'Harvard Health Publishing', asegura que este hábito, en la mayoría de casos, no es absolutamente imprescindible. De hecho, bañarse con demasiada frecuencia puede incluso resultar perjudicial para la salud de su piel. Pero hay excepciones: si están cubiertos de sudor o han estado expuestos a suciedad extrema o sustancias como cloro o repelente de insectos, deberán ser bañados.
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