Cómo funciona el cerebro de tu hijo y por qué la seguridad que le des le acompañará toda su vida, por el experto Álvaro Bilbao
Cuando los niños reciben amor y apoyo de manera consistente, aprenden a confiar en los demás, expresar sus emociones de manera saludable y a establecer conexiones con otros
La infancia es un período crucial en la vida de cualquier individuo. Durante estos primeros años, los niños absorben información, desarrollan habilidades y establecen las bases para su futuro emocional y cognitivo. En este sentido, es fundamental que los niños crezcan en un entorno que les brinde seguridad y cariño, ya que esto tiene un impacto significativo en su bienestar y desarrollo a largo plazo.
Un entorno seguro proporciona a los niños la estabilidad emocional y física que necesitan para prosperar. Cuando un niño se siente seguro en su hogar, en la escuela y en su comunidad, puede explorar el mundo con confianza y enfrentar los desafíos que se le presenten. La seguridad física implica vivir en un entorno libre de peligros y amenazas, mientras que la seguridad emocional implica sentirse amado, valorado y protegido por los adultos a su alrededor. Estos dos aspectos se complementan entre sí para crear un ambiente propicio para el crecimiento y el aprendizaje.
Por eso, el afecto y la atención de los cuidadores les brindan una base sólida para desarrollar relaciones saludables en el futuro. Cuando los niños reciben amor y apoyo de manera consistente, aprenden a confiar en los demás, a expresar sus emociones de manera saludable y a establecer conexiones significativas con quienes les rodean. El cariño también promueve el desarrollo de la autoestima y la resiliencia, ayudando a los niños a superar los desafíos y afrontar el estrés de manera efectiva.
Es precisamente esta seguridad en la infancia a la que se refiere el neuropsicólogo, Álvaro Bilbao, en una de sus publicaciones de Instagram. Con casi 2 millones de seguidores, el popular divulgador se centra en explicar a padres y educadores consejos para poder aplicar la crianza respetuosa en el día a día. En su post hace referencia al concepto de vulnerabilidad al estrés. Se trata de un proceso dinámico que refleja el resultado de exposición previa al estrés y los cambios en la capacidad adaptativa, por tanto, si existe una alta vulnerabilidad, habrá menor capacidad de adaptación a situaciones de estrés.
Bilbao explica la importancia de brindar a los niños un entorno seguro en diferentes aspectos durante su crecimiento, para así conseguir una menor vulnerabilidad en la vida adulta y mejor adaptación al estrés. “La amígdala es la estructura del cerebro encargada de detectar amenazas, tiene el tamaño de un cacahuete y como todas las estructuras del cerebro, se desarrolla en función de los estímulos que recibe, especialmente durante la infancia”, comienza explicando sobré que parte del cerebro está encargado de la que cada persona reaccione al estrés de una forma u otra.
“Esto quiere decir que si creciste en un entorno seguro, tu amígdala tendrá el tamaño de un cacahuete pequeño, pero si creciste en un entorno en el que había amenazas, inseguro por los gritos, los enfados o porque la conducta de tus padres era impredecible, el tamaño de tu amígdala será el de un cacahuete considerablemente más grande”, señala sobre las diferencias físicas de la amígdala según el entorno en el que haya crecido.
Por eso, el experto mantiene que la amígdala más grande “es más sensible a cualquier señal de peligro”, haciendo que tu cerebro “responda de manera intensa ante los pequeños problemas” y haciendo que “experimentes miedo y estrés innecesarios”. Así mismo, aduce las dificultades que entraña el hecho de querer revertir esta situación en la edad adulta y que lo mejor es prevenir en la infancia.
Para ello, explica qué hay que “dar a los niños mucha seguridad”, reaccionando de forma calmada y predecible, incluso “cuando se equivocan o no están haciendo lo que nosotros esperamos”. Por último, Álvaro Bilbao hace especial hincapié en un mensaje muy importante para padres y educadores: “La seguridad que les des en la infancia les va a acompañar toda su vida”
La infancia es un período crucial en la vida de cualquier individuo. Durante estos primeros años, los niños absorben información, desarrollan habilidades y establecen las bases para su futuro emocional y cognitivo. En este sentido, es fundamental que los niños crezcan en un entorno que les brinde seguridad y cariño, ya que esto tiene un impacto significativo en su bienestar y desarrollo a largo plazo.