Sal de magnesio, qué es y cómo usarla: de mejorar la circulación a reducir el estrés
Un sencillo gesto diario como el uso de sales de magnesio puede marcar la diferencia en el bienestar de una persona gracias a sus numerosas propiedades
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A lo largo de los siglos, los diferentes tipos de sal han sido aliados de belleza, sea por sus propiedades relajantes en un baño, su uso como un exfoliante casero o como un ingrediente estrella para lograr unas ondas surferas naturales. Una clave en el cuidado que sigue de plena actualidad, como demuestra el furor en las redes sociales por la sal de magnesio.
La sal de magnesio, conocida también como sales de Epsom, ha ganado todavía más popularidad por sus múltiples beneficios para la salud en los últimos años. Aunque, no se trata de ningún producto novedoso, ya que desde el siglo XVII se llevan usando en pro del bienestar físico y emocional. Famosa por mejorar la circulación o reducir el estrés, este mineral ofrece múltiples propiedades terapéuticas.
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Lo primero sería señalar concretamente ¿qué es la sal de magnesio? Se trata de un compuesto formado por sulfato de magnesio. A diferencia de la sal de mesa, es valorada por su capacidad de ser absorbida por la piel y aportar magnesio al organismo, un mineral esencial para funciones corporales como la relajación muscular, la reducción del dolor y la mejora del sueño. Además, es conocida por sus propiedades antiinflamatorias y desintoxicantes.
Un mineral que también es denominado sales Epsom, ya que fue descubierto en las fuentes naturales de agua mineral de esta zona de Surrey, en Inglaterra. Así, desde el siglo XVII se extendió su uso con el nombre de su origen. Actualmente, es posible encontrarlas tanto de origen natural como producidas industrialmente, adaptándose a diferentes tipos de precios y siendo más accesibles. Aunque, en general, es un producto muy económico con grandes beneficios.
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Precisamente respecto a ellos, uno de los principales usos de la sal de magnesio es mejorar la circulación sanguínea. Su aplicación favorece la dilatación de los vasos sanguíneos, ayudando a un mejor flujo sanguíneo y reduciendo la inflamación. Lo que resulta especialmente útil para personas que sufren de piernas cansadas o hinchazón. Además, el magnesio es un relajante natural que contribuye a aliviar el dolor muscular y articular, lo que la convierte en un remedio ideal para quienes padecen de dolores crónicos o practican ejercicio físico.
La sal de magnesio es también conocida por su capacidad para reducir el estrés. Al ser absorbido por la piel, el magnesio ayuda a regular los niveles de cortisol, la hormona del estrés, lo que favorece una sensación de relajación. Además, su acción sobre el sistema nervioso ayuda a mejorar la calidad del sueño, lo que resulta beneficioso para quienes padecen insomnio o ansiedad.
¿Cómo usar la sal de magnesio?
Unas virtudes que se pueden obtener al sumergirse en la bañera en un relajante baño de sales de magnesio. Aunque también a través de compresas o gasas de tela en las zonas a tratar, si no se dispone de bañera. Además, se puede utilizar una palangana o barreño para sumergir solo los pies, dejándolos en remojo unos 20 minutos.
Más allá de sus propiedades relajantes y antiinflamatorias, las sales de magnesio son un excelente exfoliante natural. Ayudan a eliminar las células muertas de la piel, mejorando su textura y suavidad, especialmente en zonas más resecas como talones o codos. A la par que promueven el equilibrio del pH. Su uso regular puede incluso ayudar a combatir problemas cutáneos como el acné o la sequedad excesiva. Por ejemplo, mezclando una pequeña cantidad de sal de magnesio con agua o con un aceite natural para la piel.
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Un producto que puede ser utilizado por personas de diferentes edades. Por ejemplo, sus propiedades antiinflamatorias son valiosas para tratar dolencias articulares y musculares, ayudando a mejorar la movilidad y reducir el dolor asociado a enfermedades como la artritis; más habituales en personas de edad más avanzada. Aunque, se debe recordar que su uso puede tener ciertas contraindicaciones.
Así, las personas con problemas renales o cardíacos deben evitar su empleo excesivo, ya que el magnesio se filtra a través de los riñones y una acumulación puede causar problemas graves. A lo que añadir que pueden provocar reacciones alérgicas o irritación en la piel sensible si se usan de manera prolongada. Además, su ingesta oral debe realizarse con precaución y siempre bajo la supervisión de un médico, puesto que puede causar diarrea o desequilibrios electrolíticos. Por ello, aunque son un mineral muy beneficioso en términos generales para cuidar el cuerpo y la mente, tanto en tratamientos profesionales como caseros, no deben sustituir el consejo de un profesional, recomendando consultar con un médico antes de su utilización en caso de dudas.
A lo largo de los siglos, los diferentes tipos de sal han sido aliados de belleza, sea por sus propiedades relajantes en un baño, su uso como un exfoliante casero o como un ingrediente estrella para lograr unas ondas surferas naturales. Una clave en el cuidado que sigue de plena actualidad, como demuestra el furor en las redes sociales por la sal de magnesio.