¿Qué es la nomofobia? Los síntomas y tratamientos de este problema de salud que no para de crecer
Descubre en qué consiste esta patología, con graves consecuencias en la salud mental, que no para de preocupar a los expertos
La revolución tecnológica ha traído numerosos beneficios para el ser humano, pero también nuevos retos. Centrándonos en los dispositivos móviles, su uso cotidiano puede tener mucho más peligros de los que podría parecer. No solo para los adultos, con el impacto cerebral de hacerse un simple selfi, sino especialmente en los niños.
Así, numerosos expertos avisan de los peligros para el desarrollo cognitivo de los niños por el uso de pantallas. Aunque, tanto mayores como pequeños pueden caer en la nomofobia. Un término que se refiere al miedo irracional y enfermizo a estar sin el teléfono móvil. Un fenómeno, cuyo nombre proviene de "no-mobile-phone phobia" (fobia a estar sin teléfono móvil), que puede tener consecuencias significativas para la salud mental y las relaciones interpersonales.
Cada vez más habitual, esta dependencia del teléfono móvil afecta especialmente a niños y adolescentes. Aunque los adultos tampoco escapan a ella. Un mal del siglo XXI que puede alcanzar niveles muy peligrosos, cuando el móvil se convierte en una adicción más, como una droga. Respecto a los síntomas más comunes de la nomofobia, están relacionados con la respuesta a la ausencia del móvil o dispositivo electrónico.
Así, podría producirse ansiedad y nerviosismo al pensar en estar sin el teléfono, palpitaciones o taquicardias cuando el dispositivo no está cerca, desesperación si se agota la batería del móvil o dificultades de concentración y problemas para participar en actividades sociales sin la presencia del teléfono. Además, las personas que sufren esta condición suelen revisar su móvil de manera compulsiva y evitan situaciones donde no haya cobertura.
El tratamiento de la nomofobia
Por el momento, la nomofobia no se clasifica formalmente como un trastorno en los manuales de diagnóstico, aunque sus efectos son lo suficientemente significativos como para que los expertos la traten como un problema de salud mental. De hecho, cada vez son más las clínicas psicológicas y centros especializados donde se trata la adicción al móvil, a las redes sociales o a Internet.
Un problema en crecimiento, para el que existen ciertas señales de alerta. Por ejemplo, la accesibilidad y consulta constante al móvil, la necesidad de siempre estar conectado para no perderse nada, un aislamiento del mundo real por el virtual o evitar la interacción con otras personas. Así, la nomofobia se trata de un complejo problema de la salud mental que deben abordar los profesionales. Sin embargo, antes de que aparezca, existen ciertas pautas que pueden prevenirla.
El establecimiento de límites al uso del móvil, fijar horarios específicos y desconectar durante las comidas o actividades familiares, apagar el teléfono por la noche o realizar salidas sin él. Además, en el caso de los niños, es muy importante que los padres enseñen a sus hijos a establecer límites en el empleo de la tecnología, lo que puede ayudar a prevenir la dependencia desde una edad temprana. Aunque, ante cualquier duda o problema, los profesionales de la psicología o educativos serán quienes tengan mejores herramientas para atacar esta adicción, ante la que es clave darle importancia, y no ver la nomofobia como la normalidad de esta época.
La revolución tecnológica ha traído numerosos beneficios para el ser humano, pero también nuevos retos. Centrándonos en los dispositivos móviles, su uso cotidiano puede tener mucho más peligros de los que podría parecer. No solo para los adultos, con el impacto cerebral de hacerse un simple selfi, sino especialmente en los niños.
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