Cómo reducir la fatiga visual y cuidar tus ojos, según los expertos de Harvard

• Cuidado: estos son 5 hábitos que están perjudicando tu vista y no te estás dando cuenta, según los expertos
• Lo que nadie te ha contado sobre las lentillas: 9 mitos que siguen engañando a la gente

El uso prolongado de pantallas se ha convertido en parte de la rutina diaria de muchas personas, algo que ha llevado a un aumento de los casos de fatiga visual en las consultas de los oftalmólogos. Aunque este término no es un diagnóstico médico en sí mismo, describe el malestar ocular que puede surgir tras períodos prolongados de concentración y que afecta a la comodidad y a la calidad de la visión.

Desde la Universidad de Harvard apuntan a que la fatiga ocular se presenta cuando los ojos se ven sometidos a un esfuerzo continuo sin un descanso adecuado. Factores como una iluminación deficiente, el brillo excesivo de las pantallas o la falta de parpadeo pueden contribuir a este problema.

Los efectos de la fatiga ocular pueden ser molestos, aunque no dañan la visión a largo plazo. Algunos de los síntomas más frecuentes incluyen ojos secos o lagrimeo excesivo de estos, visión borrosa, dificultad para enfocar, sensación de pesadez o picor en los ojos, dolores de cabeza, sensibilidad a las luces brillantes y dificultad para poder concentrarse en una tarea determinada.

Aunque la fatiga ocular es común, puede prevenirse con hábitos adecuados, una de las estrategias más efectivas es seguir la regla 20-20-20, que propone que cada 20 minutos, miraremos durante al menos 20 segundos un objeto situado a 6 metros (20 pies) de distancia, ya que esto ayuda a relajar los músculos oculares y a reducir la tensión.

El parpadeo también es fundamental para mantener la superficie ocular lubricada, pero solemos reducirlo al usar pantallas. Para evitar la sequedad, recuerda parpadear con frecuencia y, si es necesario, utilizar lágrimas artificiales para aliviar la irritación.

La fatiga visual es una molestia común que puede afectar a nuestra salud, aunque no causa daños permanentes en la visión, puede ser frustrante y afectar a nuestro bienestar general. Realizar pausas regulares, parpadear con frecuencia y mejorar la iluminación puede mejorar la lubricación de nuestros ojos.