El método banco de niebla: cómo frenar de forma inteligente a una discusión o provocación

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A través de la comunicación efectiva no solo podemos conducir mejor las conversaciones más relajadas y cómodas, sino también aquellos momentos de más tensión o de discusión. Así, del sistema 7-38-55 para evitar las discusiones a las frases que usan las personas inteligentes para enfrentarse a estos problemas, la psicología nos brinda diferentes herramientas.

Una de ellas es el método del banco de niebla, una estrategia de comunicación asertiva diseñada para manejar críticas y confrontaciones de manera eficaz, sin ceder en nuestra postura, pero también evitando caer en reacciones defensivas. A través de esta técnica, también conocida como 'claudicación simulada', se busca crear un 'banco de niebla' que evite a la otra persona ver nuestras intenciones.

Su base está en llevar la confrontación hacia un punto donde se puede reconocer parcialmente la crítica o comentario del interlocutor, creando una distracción que evita la escalada del conflicto y permite mantener el control de la situación. Una perspectiva psicológica que se basa en la regulación emocional y en la práctica de la asertividad.

Al enfrentar una crítica o provocación, es fácil experimentar emociones intensas que pueden conducir a respuestas impulsivas. La técnica busca frenar estos impulsos, permitiendo una respuesta más reflexiva y controlada, donde se incluya ver puntos en común o perspectivas que se aprueban en la visión del otro.

¿Cómo ayuda el banco de niebla al cerebro?

A nivel neuronal, esta práctica está relacionada con la activación de áreas cerebrales involucradas en la autorregulación y el control ejecutivo, como la corteza prefrontal. Un estudio publicado en Universidad Autónoma Metropolitana de México destaca la importancia de la neurociencia en la comprensión de las emociones y su gestión, señalando que una adecuada regulación emocional puede mejorar las interacciones sociales y reducir conflictos.

A la hora de implementar el banco de niebla, es esencial reconocer algún aspecto de la crítica que pueda ser cierto, aunque sea mínimo, y expresarlo de manera neutral. Por ejemplo, si alguien nos acusa de ser indiferentes, podríamos responder: "Entiendo que puedas sentir que no presto suficiente atención en ocasiones". Una respuesta valida la percepción del otro sin admitir una culpa total, evitando así una confrontación directa.

Los beneficios de aplicar este sistema para gestionar de forma inteligente una discusión son muchos, entre ellos la mejora de la comunicación interpersonal, ya que al evitar respuestas defensivas, se fomenta un diálogo más abierto y constructivo. Además, al no involucrarse en discusiones acaloradas, se minimiza la tensión emocional. Lo que es fundamental en determinados ambientes, como los laborales.

Sin olvidar que esta técnica promueve el respeto mutuo y la comprensión, pilares cruciales en cualquier relación saludable. Aunque si se desea aprender a gestionar determinadas situaciones de estrés o discusiones, también se puede recurrir a la ayuda de un profesional psicológico que analice las mejores herramientas para cada persona.