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El sencillo truco para eliminar las manchas amarillas del váter (con productos de casa)
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El sencillo truco para eliminar las manchas amarillas del váter (con productos de casa)

es posible recuperar el blanco original del asiento en tan solo unos minutos y mantener un baño mucho más limpio, higiénico y agradable

Foto: Mantener el blanco del váter es esencial para que no parezca más viejo. (Pexels/ Kaboompics.com)
Mantener el blanco del váter es esencial para que no parezca más viejo. (Pexels/ Kaboompics.com)

El baño es uno de los espacios más utilizados de cualquier hogar, y también uno de los que más rápido acumulan suciedad. Aunque solemos centrarnos en la limpieza de la taza del inodoro, hay una zona que a menudo pasa desapercibida y que resulta clave para mantener una sensación de higiene: el asiento del váter. Uno de los problemas más comunes y antiestéticos en esta parte del baño son las manchas amarillas, que no solo afectan al aspecto general del espacio, sino que también pueden generar una percepción de dejadez y falta de limpieza.

Estas manchas, que suelen aparecer por el uso cotidiano, la humedad y la acumulación de residuos, tienen solución. Y no hace falta recurrir a productos agresivos o costosos para eliminarlas. Existe un truco casero que ha demostrado ser eficaz, económico y muy fácil de aplicar: la mezcla de bicarbonato de sodio y vinagre blanco. Esta combinación, además de ser segura para las superficies, permite blanquear las manchas en apenas 10 minutos.

placeholder La estética de un baño también es importante. (Pexels/ Bilal Mansuri)
La estética de un baño también es importante. (Pexels/ Bilal Mansuri)

El procedimiento es sencillo: se mezclan dos cucharadas de bicarbonato con dos cucharadas de vinagre blanco hasta obtener una pasta espesa. Esta se aplica directamente sobre las manchas amarillas del asiento del váter, cubriendo bien la zona afectada. Se deja actuar durante unos diez minutos, tiempo suficiente para que los ingredientes empiecen a descomponer la suciedad acumulada. Luego, con la ayuda de una esponja o cepillo de cerdas suaves, se frota la superficie y se enjuaga con agua tibia. Por último, se seca con un paño limpio. El resultado es un asiento visiblemente más limpio y libre de manchas.

Otro remedio igualmente eficaz es la combinación de bicarbonato de sodio con agua oxigenada (peróxido de hidrógeno). En este caso, se espolvorea bicarbonato sobre las manchas y se rocía agua oxigenada encima. La mezcla produce una espuma que actúa desincrustando la suciedad. Tras unos minutos, basta con frotar suavemente y enjuagar. Esta solución no solo limpia, sino que también desinfecta y blanquea, dejando el asiento como nuevo.

placeholder Se puede aprovechar la rutina de limpieza para hacer este procedimiento cuando haga falta. (Pexels/ Kaboompics.com)
Se puede aprovechar la rutina de limpieza para hacer este procedimiento cuando haga falta. (Pexels/ Kaboompics.com)

Para manchas especialmente resistentes, puede utilizarse lejía diluida en agua, aunque con precaución. Si bien es un desinfectante muy potente, su uso excesivo o mal aplicado puede dañar las superficies del inodoro. Por eso, se recomienda aplicarla solo en casos extremos y siguiendo siempre las instrucciones del fabricante.

Más allá de la limpieza puntual, los expertos insisten en la importancia de la prevención. Realizar una limpieza regular —al menos una vez a la semana— evita que las manchas amarillas se fijen, lo que facilita su eliminación y prolonga la vida útil del asiento. También es aconsejable mantener el baño bien ventilado, ya que la humedad es uno de los factores que favorecen la aparición de suciedad.

El baño es uno de los espacios más utilizados de cualquier hogar, y también uno de los que más rápido acumulan suciedad. Aunque solemos centrarnos en la limpieza de la taza del inodoro, hay una zona que a menudo pasa desapercibida y que resulta clave para mantener una sensación de higiene: el asiento del váter. Uno de los problemas más comunes y antiestéticos en esta parte del baño son las manchas amarillas, que no solo afectan al aspecto general del espacio, sino que también pueden generar una percepción de dejadez y falta de limpieza.

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