Frank Suárez, especialista en obesidad y metabolismo: "Una de las formas más efectivas de controlar la acidez estomacal es beber jugo con lima o con limón"

En la búsqueda de alternativas naturales para mejorar la salud digestiva, el especialista en obesidad y metabolismo Frank Suárez ha dado una solución tan simple como efectiva para combatir la acidez estomacal: beber jugo de limón o de lima diluido en agua.

Lejos de lo que podría pensarse al tratarse de frutas ácidas, Suárez explica que el efecto que tienen sobre el cuerpo es, en realidad, alcalinizante. Según afirma, “el jugo de estos cítricos ayuda a neutralizar los ácidos del estómago” contribuyendo así a aliviar molestias digestivas frecuentes como el ardor estomacal o la acidez.

Pero el beneficio no se queda ahí. Tanto el limón como la lima son fuentes naturales de potasio y magnesio, dos minerales fundamentales para el equilibrio del organismo y, en particular, para el metabolismo celular. Suárez destaca que, al consumir estas frutas diluidas en agua, el cuerpo recibe un aporte valioso de estos nutrientes: “La ventaja de cuando se usa jugo de limón o jugo de lima, mezclado con agua, es que se consume algo que nos está proveyendo una gran cantidad al cuerpo de potasio y de magnesio”, explica.

El potasio, por ejemplo, ayuda a regular la presión arterial y favorece la eliminación del exceso de sodio en el cuerpo. Esto se traduce no solo en una mejora de la función cardiovascular, sino también en un sistema digestivo más equilibrado y menos propenso a la retención de líquidos o a la inflamación.

“Cuando el cuerpo adquiere potasio, el potasio entra en las células, saca hacia fuera el exceso de sal que haya y reduce la presión”, añade Suárez, subrayando el efecto depurativo que tiene este mineral.

Incorporar este hábito es sencillo: basta con mezclar el jugo de medio limón o lima en un vaso de agua, preferiblemente a temperatura ambiente o ligeramente tibia, y beberlo en ayunas o entre comidas. Esta bebida no solo es refrescante y natural, sino que puede convertirse en una aliada diaria para quienes buscan mejorar su digestión de forma suave y sin recurrir constantemente a medicamentos.

Así, un simple vaso de agua con limón o lima puede ser mucho más que una bebida refrescante: puede convertirse en un pequeño ritual de bienestar diario.