Claudia Sánchez, integradora social: "El miedo al abandono es tan poderoso y sus conductas rompen poco a poco la relación"
La integradora social explica que este temor no solo genera inseguridad, sino que también provoca conductas que terminan alejando a la pareja y reforzando la creencia de que será abandonada
Claudia Sánchez nos explica que esa ansiedad es fruto del miedo y las propias inseguridades (Cortesía Web)
El miedo al abandono es una de las heridas emocionales más frecuentes y también una de las más difíciles de gestionar. Según Claudia Sánchez, este miedo no surge de la nada, sino que suele tener raíces profundas en experiencias pasadas, muchas veces vinculadas a la infancia o a relaciones anteriores. Su efecto, sin embargo, se deja sentir con fuerza en la vida adulta, especialmente en el ámbito afectivo.
La especialista explica que quien teme ser abandonado vive en un estado de alerta constante, interpretando los gestos o silencios de su pareja como señales de desinterés. En lugar de disfrutar del vínculo o buscar la conexión desde el afecto, la persona tiende a fijarse únicamente en los detalles que confirman su miedo. “La mente se centra en encontrar pruebas de que el otro no me quiere”, señala Sánchez, una dinámica que acaba generando desgaste y distancia emocional.
Esa búsqueda continua de confirmación lleva a lo que la experta define como una profecía que se cumple sola. Cuando alguien actúa desde el miedo, tiende a generar conflictos para poner a prueba el amor de la otra persona, esperando que la respuesta sirva de consuelo. Sin embargo, el resultado suele ser el contrario: la tensión y el control terminan erosionando la confianza y deteriorando la relación.
El miedo al abandono, según Sánchez, no busca herir, sino protegerse, aunque lo haga de forma equivocada. Detrás de estas conductas hay una necesidad de seguridad y afecto que no se ha aprendido a cubrir de manera sana. “Es un mecanismo de defensa que intenta anticiparse al dolor de perder al otro”, explica. El problema es que, al hacerlo, se acaban provocando justamente las situaciones que se temen.
El miedo al abandono puede transformar a las personas con ansiedad (Pexels)
Superar esta herida implica reconocer su origen y aprender a mirar el vínculo desde otro lugar. Sánchez recomienda trabajar la autoestima y la confianza personal antes de intentar que la pareja cubra todas las inseguridades. También sugiere buscar apoyo profesional si el miedo interfiere en la estabilidad emocional o en las relaciones.
Su mensaje final es claro. El amor no puede construirse desde la vigilancia o la sospecha permanente. Aprender a amarse y a confiar es el primer paso para romper el ciclo del miedo al abandono y para mantener relaciones más seguras y saludables.
El miedo al abandono es una de las heridas emocionales más frecuentes y también una de las más difíciles de gestionar. Según Claudia Sánchez, este miedo no surge de la nada, sino que suele tener raíces profundas en experiencias pasadas, muchas veces vinculadas a la infancia o a relaciones anteriores. Su efecto, sin embargo, se deja sentir con fuerza en la vida adulta, especialmente en el ámbito afectivo.