Marta Panizo, psicoterapeuta: "Estos son los 7 motivos más habituales por los que las relaciones no funcionan"

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Las relaciones de pareja no se rompen de forma repentina. Según la psicoterapeuta Marta Panizo, suelen deteriorarse por una acumulación de dinámicas que no se abordan a tiempo. En una reciente publicación, la especialista compartió los siete motivos más frecuentes por los que los vínculos sentimentales dejan de funcionar y pierden equilibrio. “Reconocer estas señales a tiempo puede marcar la diferencia entre una historia que termina… y una que se transforma”, explica.

El primer motivo es la comunicación superficial o inexistente. Panizo recuerda que hablar no es lo mismo que comunicar, y que muchas parejas confunden la conversación diaria con una verdadera conexión emocional. Cuando no se expresan las necesidades ni se escucha al otro con atención, los malentendidos se acumulan y terminan creando distancia.

El segundo factor son las expectativas irreales. Amar a alguien no significa que deba cumplir con todas las ideas que tenemos sobre cómo debería comportarse o amar. Idealizar al otro genera frustración y una sensación de decepción constante, especialmente cuando la realidad no encaja con ese guion mental.

La falta de vulnerabilidad aparece como una tercera causa frecuente. El miedo a mostrarse tal y como uno es levanta muros invisibles que impiden la conexión real. Cuanto más tratamos de protegernos del otro, menos espacio dejamos para la intimidad y la confianza. Mostrar fragilidad, señala Panizo, no debilita el vínculo, lo fortalece.

El cuarto motivo es el desgaste emocional no atendido. Lo que no se habla, se acumula. Las pequeñas heridas, si se ignoran, acaban convirtiéndose en resentimiento o apatía. En muchos casos, las relaciones no se enfrían por falta de amor, sino por el cansancio emocional de no resolver los conflictos.

Otro de los puntos clave es el desequilibrio en el compromiso. Cuando una de las partes se implica más que la otra, la relación pierde estabilidad. Las parejas, explica Panizo, funcionan mejor cuando el esfuerzo y la implicación son recíprocos; de lo contrario, quien más da termina sintiéndose solo dentro del vínculo.

El sexto motivo tiene que ver con los valores o proyectos incompatibles. El amor, por sí solo, no basta si no se comparte una visión de futuro o un horizonte común. Las diferencias en metas, prioridades o estilo de vida pueden generar fricciones que con el tiempo resultan difíciles de superar.

Por último, la psicoterapeuta menciona la rutina sin intención. No se trata de evitar la rutina, sino de mantener la intención dentro de ella. Cuando la relación entra en automático y se pierde la curiosidad o el cuidado mutuo, la conexión emocional se debilita.

Panizo insiste en que la clave está en detectar estas señales a tiempo. La consciencia, la comunicación y la voluntad de cambio son, según ella, los pilares que pueden transformar una relación y mantenerla sana. Porque muchas veces, el problema no es la falta de amor, sino la falta de atención a los gestos cotidianos que lo sostienen.