Las fotos de vacaciones de Urdangarin valen diez veces menos

 Desde que estallase el Caso Noos, la imagen de Iñaki Urdangarín se ha ido debilitando poco a poco hasta convertirse en personaje ‘non grato’ para algunas de las revistas que, hace tan solo un año, no dudaban en comprar cualquier tipo de material fotográfico que colocar en sus portadas. El declive del yerno del Rey ha llegado a tal punto que el reportaje publicado esta semana, en el que se mostraban las vacaciones de la infanta Cristina junto a su marido surcando las aguas de Menorca, fue desechado por otras importantes cabeceras, para las que Urdangarín carece de interés, por la mala prensa de la que ‘goza’ tras su imputación y los sucesivos escándalos.

Si hasta el año pasado el objetivo de muchos paparazzi se centraba en los pasos que seguía la pareja durante la época estival, a estas alturas muchos se plantean si realizar una inversión para conseguir material, dado el escaso valor que el reportaje tiene en el mercado.

Según ha podido saber Vanitatis, si el año pasado las vacaciones de los duques de Palma junto a sus hijos en el País Vasco Francés, fueron portada de la revista ¡Hola!, en esta ocasión el reportaje rechazado por la misma revista y publicado finalmente por Semana, se ha vendido por un precio diez veces menor que el anterior.

Esta situación ha llevado a las agencias que han realizado el reportaje a estudiar la posibilidad de poner a la venta una segunda remesa de fotografías inéditas y ofrecerlas a las revistas que menos presupuesto tienen con el objetivo de sacarle un poco más de rentabilidad a su trabajo. Según algunos fotógrafos consultados por este portal, este hecho supone una nueva forma de trabajar con material correspondiente a los miembros de la Familia Real, cuyas fotos en sus momentos de ocio y distensión siempre se han vendido en exclusiva y a un precio muy elevado.

El destierro de los Duques de Palma

Atrás quedaron los veranos en los que los Urdangarín gozaban de los privilegios de Marivent. Tras la imputación de Iñaki, la Familia Real decidió alejarlo del palacio mallorquín, y durante las vacaciones del 2012, solo la Infanta Cristina, a petición de la Reina, que no quería condenar a sus nietos al destierro, acudió a la isla acompañada de sus cuatro hijos. Un viaje relámpago en el que no coincidió, al menos públicamente, con el Rey ni con los príncipes, que no llegaron a Mallorca hasta una semana después de su marcha. Fue entonces cuando decidieron optar por la playa de Bidart, cerca de Biarrtiz, para disfrutar del sol y la playa. Allí fue  donde se les fotografió, en lo que constituye la última exclusiva bien pagada de la familia.