En el baño con María Antonieta: Versalles inaugura un recorrido por sus aposentos privados

Poco amiga de las costumbres de Versalles, donde todo debía hacerse bajo la atenta mirada del servicio y la gente de la Corte, la reina María Antonieta buscó en este castillo situado a las afueras de París un lugar para ella donde poder disfrutar en la intimidad de su tiempo libre. Más de dos siglos después de la muerte de la soberana de origen austriaco, Versalles inaugura un recorrido por los aposentos privados de la que fuera una de las reinas más elegantes y coquetas de Francia.

Cuando en 1782 falleció Madame Sophie, tía de Luis XVI, María Antonieta decidió ocupar este espacio y convertirlo en su rincón secreto. Situado en el cuerpo central del castillo, constituía el espacio perfecto para aislarse del ajetreo real  y acceder con facilidad a los aposentos de sus hijos. Compuestas de una habitación, un baño y una biblioteca, estas estancias se convertirían en el escondite favorito de la joven soberana durante sus últimos años de vida.

Gracias a su elegancia y a sus cuidados personales, María Antonieta fue un referente entre las mujeres de su época. Amante de los tratamientos de belleza, la reina solía bañarse ataviada con un largo vestido de franela, abotonado hasta el cuello, mientras sus doncellas sujetaban una sabana para que nadie pudiera verla.

Una minuciosa restauración

Con la intención de acercar la vida privada de la soberana francesa a los visitantes de Versalles, el pasado 7 de noviembre  'La pièce des bains', como se conoce a esta parte del castillo, abrió sus puertas al público tras varios años de restauración. El trabajo de los profesionales ha consistido en recuperar la belleza del lugar diseñado por el arquitecto Richard Mique y los hermanos Rousseau.

Además de la restauración, los responsables del castillo han querido aportar nuevas piezas a las estancias para amueblarlas y mostrar al visitante cómo eran los rituales de belleza de la soberana francesa.