La agitada vida social del hijo del marqués de Cubas y Marta Chávarri

Siempre ha huido de la prensa, pero parece que algo está cambiando en él. Álvaro Falcó Chávarri, el único hijo surgido del matrimonio entre Fernando Falcó y Fernández de Córdova, marqués de Cubas, y Marta Chávarri, le ha encontrado el gusto a eso de codearse con los famosos y ya se pasea de fiesta en fiesta. Últimamente, ha estado en Cibeles compartiendo estrada vip con rostros tan populares como Raquel del Rosario o Helen Lindes. Y se ha sentado a cenar con lo más granado de la sociedad española en la fastuosa velada que el empresario Javier Merino y su esposa, la exmodelo Mar Flores, organizaron en la discoteca Fortuny con motivo de su 15º aniversario hace unos días. Mientras su madre, reclamo del cuché por antonomasia, se ha retirado de la vida pública, todo hace indicar que este joven, que ronda la treintena y es uno de los solteros de oro más cotizados del país, ha llegado para quedarse.

A pesar de la agitada vida social de los últimos tiempos, lo de posar y conceder entrevistas a los medios de comunicación es harina de otro costal para Álvaro, primo de Tamara Falcó. No le gusta sentirse observado y declina cualquier tipo de proposición de este tipo. Al fin y al cabo, ha crecido ajeno al espectáculo, aunque cuando era solo un niño tuvo que soportar verse en lo alto de la picota después de que saliese a la luz pública el escándalo que sacudió los cimientos de las finanzas españolas de entonces: su madre mantenía un romance secreto con Alberto Cortina, consejero delegado de Construcciones y Contratas y esposo de la multimillonaria Alicia Koplowitz. Después de tantos años, parece que está haciendo las paces -de forma paulatina- con el mundo del show business. Por regla general, Falcó Chávarri acude a los eventos que organiza la agencia Cien Volando, cuya cabeza visible es María Fitz-James, hija del marqués de Valderrábano, quien estuvo saliendo durante mucho tiempo con Gonzalo Chávarri, tío de Álvaro por parte de madre.

Además, este joven, que estudió Publicidad y Relaciones Públicas y que trabaja como creativo en la agencia MacGuffin, suele elegir bien a los amigos con los que se codea en dichas fiestas. Entre ellos, destaca la sempiterna presencia de Carlos Torretta, hijo del diseñador argentino, con el que mantiene una gran relación. Las bromas entre ambos, independientemente de encontrarse en el más elitista de los lugares, son frecuentes. Carlos llama a su amigo ‘Cubas’, en una clara alusión al título nobiliario que heredará algún día. De hecho, Álvaro está suscrito a la Diputación Permanente y Consejo de la Grandeza de España. Pero tiene muchos más amigos: Ramón Hermosilla Gómez Cuétara, delfín de Carlos Slim; Alberto Comenge, ex de su prima Tamara; Javier Hidalgo, Borja Benjumea, Alonso Aznar, Israel Bayón…y muchos más cachorros de la jet set.

Con ellos -eso sí, ya lejos de la prensa- lo mismo sale por la discoteca Nells de Madrid que disfruta de una súper fiesta privada en el castillo de Belmonte, en Cuenca, que regenta su tío Javier Fitz-James Stuart, anteriormente conocido como Soto, casado con su tía María Chávarri. Allí suelen celebrar muchos aniversarios y los acontecimientos importantes. Aunque con los que más se deja ver es con los hermanos Carlos y Felipe Cortina Lapique, hijos del expresidente de Repsol y primos de las conocidas Caritina y Carla Goyanes, con los que cenó en Fortuny hace unos días. Los tres son muy asiduos a disfrutar de las vacaciones de verano en Ibiza. A su vez, también suele frecuentar La Cocina Rock Bar, propiedad de su amigo Fernando Nicolás, otro de los solteros de oro del país. Este sitio se hizo famoso porque fue allí donde Guti le pidió matrimonio delante de todo el mundo a Romina Belluscio. Ese día no estaba, pero podría haber estado. Tras muchos años alejado del fulgor mediático, Álvaro Falcó Chávarri y la vida social comienzan a ir de la mano.