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La desintegración de la familia de Rocío Jurado ocho años después de su muerte
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falleció el 1 de junio de 2006

La desintegración de la familia de Rocío Jurado ocho años después de su muerte

A las cinco de la mañana del 1de junio del 2006, moría en su casa de La Moraleja Rocío Jurado. Ocho años después de su desaparición

Foto: La familia, el día de la Primera Comunión de Gloria Camila
La familia, el día de la Primera Comunión de Gloria Camila

A las cinco de la mañana del 1de junio del 2006, moría en su casa de La Moraleja Rocío Jurado. Ocho años después de su desaparición, la vida de su familia directa y colateral ha evolucionado de una manera sorprendentey, en algunos casos, trágica. La Más Grande, como la bautizaron los cronistas de espectáculos de Miami, era el nexo de unión entre la familia Mohedano: padres, hijos, hermanos, cuñados…Era el hilo conductor de una energía aparentemente positiva que, una vez interrumpida, ha producido unos cortocircuitos irreparables en una unidad familiar que ya no existe. Cada uno de los miembros directos procesó su muerte como pudo y el resultado de la evolución personal, ocho años después, no es el más favorable. Dicen los conocedores de la historia vital de los Mohedano y del propio Ortega, que si Rocio siguiera viva no habrían sucedido muchos de los desastres actuales. “Hubiera dado un golpe en la mesa, como hacia siempre, y todos a obedecer”, aseguran. Este año no habrá visita de Ortega Cano al cementerio de Chipiona, ni homenaje de ningún tipo por parte de los hijos adoptivos Gloria Camila y José Fernando, ni de los sobrinos, ni de Amador, ni de Rosa Benito, que se hablan lo justo.

Rocío Carrasco hace tiempo que decidió ir por libre y, aunque su vida junto a Fidel Albiac ha resultado más estable que la del resto, los desencuentros con su hija adolescente la han hecho sufrir más de la cuenta. Seguramente, la abuela Jurado habría sabido capear el temporal, aunque ella también sufrió cuando una joven Rociíto se independizó al cumplir los 18 y se quedó embarazada. El tiempo dio la razón a quien era la jefa del clan, ya que su relación con Antonio David Flores acabó fracasando.

Ortega Cano, en la cárcel

Ocho años después, su viudo, Ortega Cano, pasa este aniversario en la prisión de Zaragoza, cumpliendo condena por la muere de Carlos Parra. Se volvió a enamorar de Ana María Aldón, una chica discreta con la que ha tenido un bebé.El torero no ha podido recolocar en el camino adecuado a su hijo José Fernando a pesar de que lo intentó de todas las formas posibles.

El joven resultó problemático en los colegios por los que fue pasando. No terminó los estudios básicos y se metió en líos innecesarios al creerse inmune a los castigos. Después llegó su paso por la cárcel, por tratamientos de desintoxicación y ahora continúa con su proceso de integración mientras su hermana Gloria Camila es la única que se ha salvado de la debacle. La joven es educada, discreta y seria, y además mantiene una estabilidad emocional digna de alabanza.

La Jurado tampoco habría imaginado que su hermano Amador se convertiría en carne de cañón después de un divorcio emitido por capítulos en el que su imagen quedó bastante tocada. De su cuñada Rosa poco tendría que decir porque fue ella la que le dio el “Ok” para que se convirtiese en personaje televisivo. Rocío fue siempre el apoyo imprescindible de todos ellos. La mujer fuerte que no habría permitido que su familia se desintegrase como, finalmente, ha ocurrido.

A las cinco de la mañana del 1de junio del 2006, moría en su casa de La Moraleja Rocío Jurado. Ocho años después de su desaparición, la vida de su familia directa y colateral ha evolucionado de una manera sorprendentey, en algunos casos, trágica. La Más Grande, como la bautizaron los cronistas de espectáculos de Miami, era el nexo de unión entre la familia Mohedano: padres, hijos, hermanos, cuñados…Era el hilo conductor de una energía aparentemente positiva que, una vez interrumpida, ha producido unos cortocircuitos irreparables en una unidad familiar que ya no existe. Cada uno de los miembros directos procesó su muerte como pudo y el resultado de la evolución personal, ocho años después, no es el más favorable. Dicen los conocedores de la historia vital de los Mohedano y del propio Ortega, que si Rocio siguiera viva no habrían sucedido muchos de los desastres actuales. “Hubiera dado un golpe en la mesa, como hacia siempre, y todos a obedecer”, aseguran. Este año no habrá visita de Ortega Cano al cementerio de Chipiona, ni homenaje de ningún tipo por parte de los hijos adoptivos Gloria Camila y José Fernando, ni de los sobrinos, ni de Amador, ni de Rosa Benito, que se hablan lo justo.

Antonio David Flores José Ortega Cano