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El vuelo 6251 con destino Nueva York de la reina Letizia y sus hijas Leonor y Sofía
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FAMILIA REAL ESPAÑOLA

El vuelo 6251 con destino Nueva York de la reina Letizia y sus hijas Leonor y Sofía

El 22 de junio, solo dos días después del encuentro con Trump, la esposa de Felipe VI tomó un avión a la Gran Manzana, para acompañar a Leonor y Sofía al campamento

Foto: La princesa Leonor, la reina Letizia y la infanta Sofía, en Palma. (Limited Pictures)
La princesa Leonor, la reina Letizia y la infanta Sofía, en Palma. (Limited Pictures)

Los reyes Felipe y Letizia llegaron a España el 20 de junio, tras el encuentro con el presidente Trump y su esposa Melania. Un viaje que comenzó para el jefe del Estado en Nueva Orleans y San Antonio, que conmemoraban los respectivos 300 aniversarios de su fundación como ciudades. Dos días después, la reina Letizia volvía a cruzar el Atlántico, mientras que el rey se quedaba en Madrid. El motivo de este desplazamiento nada tenía que ver con sus tareas 'profesionales' y sí con su labor de madre.

[Leer más: La princesa Leonor y la infanta Sofía se van de campamento a Estados Unidos]

Acompañaba a sus hijas al campamento de verano, donde la princesa de Asturias y la infanta Sofía pasaron parte del mes de junio y julio. Una estancia de la que no se ha sabido nada. No hubo filtraciones y tampoco de los dos días en los que la consorte real y las niñas estuvieron en Nueva York, antes de que se incorporaran a esa nueva etapa de vacaciones. Hasta este año, Leonor y Sofía no habían sido independientes y pasaban los veranos con sus padres.

placeholder El rey Felipe con la princesa Leonor, la infanta Sofía y la reina Letizia. (Limited Pictures)
El rey Felipe con la princesa Leonor, la infanta Sofía y la reina Letizia. (Limited Pictures)

El 22 de junio, la madre y sus hijas tomaban el vuelo 6251 con destino a Nueva York y salida a las 12 de la mañana del aeropuerto de Madrid-Barajas Adolfo Suárez. Hubo un pequeño retraso que nada tenía que ver con las ilustres viajeras, como informan a 'Vanitatis'. El grupo real esperó a pie de escalerilla en una furgoneta hasta que todo el pasaje estuvo en su sitio. Previamente, parte de los escoltas había hecho su trabajo, supervisando los asientos más cercanos a la reina y sus hijas. Dos de los profesionales se instalaron en business junto a sus 'protegidas' y los otros dos en las primeras filas de clase turista.

Saludaron al comandante

Al llegar al avión, acompañadas del servicio de protocolo, saludaron al comandante y a su segundo, que estaban informados de que las pasajeras reales irían en ese vuelo. Igual que se anunció al resto de la tripulación que las atendería durante las ocho horas que dura el itinerario de Madrid a Nueva York.

placeholder Los reyes con los Trump, el pasado mes de junio. (Efe)
Los reyes con los Trump, el pasado mes de junio. (Efe)

No hubo sorpresas, salvo para los pasajeros de business que se encontraron con unas viajeras inesperadas. Y en este caso solo para los españoles, porque los extranjeros ni se percataron de la identidad de sus compañeras de viaje. La reina Letizia y sus hijas hicieron lo mismo que el resto de clientes. Leer la prensa en papel, ver películas y, en el caso de las niñas, además, jugar con sus tablets.

[Leer más: Las razones por las que Leonor y Sofía no continúan con la tradición familiar marinera]

A su llegada a Nueva York pasaron por el control de inmigración reservado a los visitantes especiales. Una vez en territorio norteamericano, ningún español que viajaba en el mismo vuelo las volvió a ver. Del equipaje se encargaron los escoltas. Y de la noticia de que las niñas estaban en un campamento, nada se supo hasta una semana después, cuando la propia Casa Real lo hizo público.

Los reyes Felipe y Letizia llegaron a España el 20 de junio, tras el encuentro con el presidente Trump y su esposa Melania. Un viaje que comenzó para el jefe del Estado en Nueva Orleans y San Antonio, que conmemoraban los respectivos 300 aniversarios de su fundación como ciudades. Dos días después, la reina Letizia volvía a cruzar el Atlántico, mientras que el rey se quedaba en Madrid. El motivo de este desplazamiento nada tenía que ver con sus tareas 'profesionales' y sí con su labor de madre.

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