El verdadero 'vestidazo' de Sarah Ferguson fue el que lució en la recepción posterior
La madre de la novia realizaba este inusual movimiento de vestuario que tradicionalmente solo lleva a cabo la novia. Y al contrario de bajar el nivel, mejoró el look que lució en la iglesia
Sarah Ferguson (58) se encontraba ayer pletórica en la boda de Eugenia de York. Tanto que incluso a la llegada a la capilla de San Jorge, se saltaba el protocolo para acercarse al público y saludarlos personalmente. Allí abrazaba a Jessie Huberty, una vieja amiga suya que no quiso perderse el evento. La espontánea madre de la novia, que se divorció del príncipe Andrés en 1996, no las tenía en un principio todas consigo, pero finalmente salió victoriosa. Algo que se reflejó en su actitud y rostro.
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Y es que la duquesa de York fue una figura controvertida en el palacio de Buckingham mientras formó parte de los Windsor, ya que la madre de la princesa Eugenia se granjeó alguna que otra enemistad entre el clan real, especialmente con Felipe de Edimburgo. Algo que se potenció cuando, casi a la par que Diana de Gales, decidía volar sola y reforzar su amistad con la malograda princesa del pueblo.
Pero ayer, dos décadas más tarde, fue claramente uno de sus mejores días. Para el enlace de su hija escogió, en la primera ronda, un vestido verde de la costurera Emma Louise Design junto a un sombrero tipo cordobés, firmado por Jess Collet. Asimismo, los zapatos eran del modisto español Manolo Blahnik. En dicha aparición no convencía del todo, llegado a ser simplemente correcta.
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Un segundo vestido muy acertado
Aunque la sorpresa se la reservó para la recepción posterior a la ceremonia que, por cierto, tenía lugar en la casa donde vivió antaño con su exesposo. Allí era donde hacía un movimiento de vestuario y se enfundaba en un segundo vestido de seda también en tonalidad verde.
Este cambio usualmente se encuentra reservado para la novia, pero Fergie no pudo resistirse a un segundo outfit que, para ser honestos, mejoraba el primero usado en Windsor. Por último, también modificaba su pelo y maquillaje, de lo que se encargaba su estilista, Mattias Stafsing. Fue este último el encargado de revelar en su Instagram la segunda opción de la duquesa.
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Sarah Ferguson (58) se encontraba ayer pletórica en la boda de Eugenia de York. Tanto que incluso a la llegada a la capilla de San Jorge, se saltaba el protocolo para acercarse al público y saludarlos personalmente. Allí abrazaba a Jessie Huberty, una vieja amiga suya que no quiso perderse el evento. La espontánea madre de la novia, que se divorció del príncipe Andrés en 1996, no las tenía en un principio todas consigo, pero finalmente salió victoriosa. Algo que se reflejó en su actitud y rostro.