Sarah Ferguson habla abiertamente de las discapacidades que sufren sus dos hijas

Han pasado ya 22 años desde que Sarah Ferguson (59) se divorciara del príncipe Andrés, pero la figura de la duquesa de York sigue igual de vigente dos décadas después de la sonada desavenencia. Bien por su fiera actitud o por su facilidad para repartir titulares a diestro y siniestro entre la prensa británica. La que fuera nuera de Isabel II y del duque de Edimburgo -con quien tuvo alguna que otra famosa trifulca- siempre ha demostrado que, a pesar de haber vivido en la corte real más famosa del mundo, el don de la naturalidad y espontaneidad son su gran baza.

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Ha vuelto a dar pruebas de esa naturalidad al hablar, sin pelos en la lengua, de las discapacidades que sufren sus dos hijas, Beatriz y Eugenia de York. Lo hizo en el marco de un evento organizado por su organización benéfica, Street Child, que ayuda a niños desfavorecidos alrededor del mundo a través de una nueva campaña llamada ‘Count me In’. La ONG, por cierto, también tiene una filial en España.

Contundente y segura, comentó a los periodistas: “Me he dado cuenta de la suerte que han tenido mis hijas ya que, como saben, Eugenia se encuentra incapacitada a causa de las 12 varillas de metal que tiene en la espalda (para remediar su escoliosis), mientras que Beatriz es disléxica y tuvo necesidades especiales en la escuela. Y aún así tuvieron una educación, ¿por qué no la iban a tener?, ¿por qué no iba a poder permitirse cualquier otro niño ese lujo? Y lo que es peor, ¿por qué es un lujo?”.

Un compromiso que defiende hace tiempo

La que fuera íntima de Lady Di ahondó en la triste realidad que sufren miles de menores alrededor del globo, y para concienciar al público no dudó en poner de perfecto ejemplo a sus dos hijas.

Esta nueva campaña que la pelirroja abandera orgullosa se ocupará de dotar de uniformes escolares, capacitar a maestros y construir aulas para jóvenes desfavorecidos en diez países, desde Sierra Leona hasta Afganistán. Además, el proyecto ha sido apoyado por el Gobierno de Reino Unido, que se ha comprometido a igualar las donaciones que dicho movimiento recoja antes del 21 de febrero de 2019.

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No es la primera vez que Ferguson se deja la piel por una causa relacionada con los más pequeños. Recientemente, la duquesa se trasladó a Nepal, donde conoció a una joven cuya historia la marcó por completo. Así lo contaba a los medios en unas declaraciones públicas: “Tuve la oportunidad de toparme con una niña llamada Ruby en Nepal, la cual me pidió que la ayudara a construir una escuela en su pueblo para que pudiera estudiar y algún día ser maestra. Si dentro de dos años esa escuela no existe, Ruby tendrá que casarse y abandonar su futuro a causa de las reglas que imperan en su tribu”.

Y no nos cabe la menor duda de que Ferguson conseguirá su objetivo, como lo lleva haciendo desde hace más de dos décadas orillada a un lado de la familia real británica.